El partido comunista Perú “libre” es la principal fuente de desprestigio constante del a su vez desprestigiado congreso, un foro -hoy día, como ayer- poco útil para la desnutrida democracia que subsiste.
El escenario de desprestigio es vital para que los ciudadanos aborrezcan al congreso y así, en cualquier comparación, el gobierno de la manipulación sea “un poco” o tal vez, más popular (aprobación en encuestas a medida) que el repudiable congreso.
Como no existen líderes convocantes, ni partidos políticos con líderes que hablen con palabras de muchos y tengan la mirada de todos, las encuestas servirán para impulsar la visión errada que “sólo el congreso es la opción al gobierno” de la corrupción y la impunidad.
Estamos como encajonados en decir A, o decir B. Así nos manipulan. No nos ”encojonamos” y no nos rebelamos desde abajo hacia arriba, desde la casa contra el municipio, contra el gobierno regional, contra la mafia nacional.
Los medios andan siempre al “medio”, unos más hacia la caja fuerte del gobierno, otros esperando un sencillo, otros luchando.
Lo cierto es: la oposición no se construye, no está, no habla desde “el congreso” sino desde cada ciudadano y su familia. Y por eso se necesita partidos políticos que hablen, que escuchen, que organicen la protesta y tengan objetivos de unidad.
El congreso, hoy, es lo peor y para creer que una esperanza puede estar oculta o crecer en el congreso, hay que ser imbécil o simplemente someterse a la manipulación que el gobierno, los medios y los mercantilistas están haciendo. Hay que impulsar o renovar partidos políticos sin mancha, sin ladrones.
Finalmente, si en toda encuesta van a medir popularidad entre un grupo de ladrones y el cabecilla de una banda de ladrones, es lógico que uno (el individuo) tenga más aprobación que muchos (el congreso), porque la fuente del rechazo es mayor.
¿El Perú se encamina a la sumisión?