Hoy día los peruanos aún creíamos posible escuchar y ver un atisbo de justicia, una muestra de entereza e independencia en la justicia, la que nos afecta cada día porque la vemos pasar de largo, cuando queremos que en verdad sea firme, fuerte y se ponga de pie, como los valientes que dan sus vidas en la lucha contra el coronavirus.
Ocurrió sin embargo lo de siempre, no contamos con adhesión a valores y principios, no tenemos un sistema judicial que proteja a los ciudadanos y sus familias, existe una red de miedo o peor aún -se dice, se siente, se presiente- estamos gobernados en paralelo por el poder de la injusticia y la corrupción, donde los dueños de la impunidad marcan la agenda del abuso.
¿Y quien aplaude que un feroz delincuente, un criminal de marca mayor, un genocida -en nuestra opinión- tenga protección judicial?
Pues la prensa maldita, la usurera, la gestora y cómplice de cuanta desgracia moral ha ocurrido los últimos treinta años en el país. Allí están en las redes sociales sobretodo, los Jimmis, los Augustos (entre ellos el sacavueltero), los Jaimes y tantos destetados más, junto a las ilustres que adornan sus vidas con el presupuesto público que ingresa irregularmente a sus centros laborales, consultorías, contratos por terceros, o con becas y favores ¿No es así? Si no es así, disculpen la presunción por vuestra imagen sobre su héroe y casi padre, es un error de percepción, tal vez.
Lo que no es error, es que hoy un miserable recibe diploma y medalla, como ayer recibió las Palmas Magisteriales sin ser maestro. Hoy un avezado miembro de una terrible organización criminal, es puesto como ejemplo de laboriosidad y dedicación familiar (esto lo más absurdo), de arraigo a la justicia, de ser respetuoso de las normas y los procedimientos legales…. ¿El ladrón? ¿El corrupto? ¿Un sinvergüenza? ¿El responsable del mayor dispendio de la historia? ¿Aquél en cuyas manos la sangre de cien mil compatriotas se encuentra clamando a gritos “porqué nos mataste”? ¿El cobarde que se vacunó primero y a escondidas, antes que los médicos, antes que las enfermeras, mucho antes que miles de trabajadores de la salud? ¿Esa porquería es alguien que va a respetar el ordenamiento jurídico? No me jodan.
La justicia no es ningún ejemplo en el país, pero pudo dar señales de nuevos rumbos y no lo hizo.
Hoy, el delito, la impunidad, el abuso del poder, la corrupción instaurada en todos los niveles de gobierno, hace fiesta y se regocija sobre los miles de muertos, sobre millones sin empleo, burlándose de la vida, de la democracia, de la Libertad.
“No me pidan silencio, no me pidan calma, hoy enciendo mi letra, mañana será lo que sigue y no por mi culpa, sino por pedir Justicia”