A un año de gobierno, las responsabilidades del señor Ministro del Interior no se reducen a lo que algunos medios y amigos de su despacho nos cuentan como las grandes verdades. Tampoco vamos a decir que arrancó de cero y que todo era un mar de felicidad, sería imprudente afirmar algo así.
Veamos lo central. Tránsito, tráfico ilícito de drogas, pandillaje, hurtos y robos, corrupción policial, infraestructura de trabajo, operaciones especiales, investigación criminal y abuso de autoridad.
En Tránsito la nota es cero. Ni se coordina con las municipalidades en planes de programación y planeamiento conjunto, ni se organiza con eficiencia a la policía. Los semáforos inteligentes dan luz verde, y los policías detienen el tráfico. Las autoridades y sus escoltas obstruyen calles y avenidas en forma prepotente causando más caos en las ciudades.
Si hablamos del tráfico ilícito de drogas, la nota es también cero. Aquí tenemos varios aspectos como la interdicción, la comercialización y el consumo. Sólo mencionaré la venta callejera, indetenible y salvo ocasionales oportunidades, las mismas escenas se repiten, con capturas de micro comercializadores que luego salen en libertad. Una que otra vez, se anuncia en la televisión algo excepcional.
El pandillaje crece y con intensidad. El cogoteo, el apretón, asaltos a diario, a toda hora, de celulares, carteras, zapatillas, lo que sea. Aquí también la nota es cero, principalmente porque el señor Ministro del Interior pareciera tenerlo miedo al trabajo intensivo y diario con las asociaciones de vivienda, con los colectivos de seguridad vecinal y sobre todo, con los jóvenes. Esa es mi impresión.
Para no hacerla extensa, los hurtos y robos han aumentado y ninguna cifra lo contradice, sobretodo cuando se trata de viviendas. Además, no es sólo cifras, es la opinión de los afectados lo que debería interesar más, ya que no se evidencia interés en proteger a las familias afectadas.
Sólo toco estos puntos que me parecen ser gravitantes para construir mi opinión y como resultado de ello, prefiero no aplaudir a las encuestas comprometidas con el presupuesto de nuestros impuestos.