El director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú AGAP expresó las preocupaciones del estratégico sector y las proyecciones que existirían; Gabriel Amaro dio señales de alerta pero sobretodo, luces de esperanza que deberían ser observadas en su justa dimensión y trascendencia, en beneficio de todo el país.
Transcribimos las opiniones del líder gremial, en una entrevista concedida al Diario El Comercio:
¿Cómo estima que será el crecimiento del sector que representa en el 2023?
Luego de un año 2022 en el que el sector agrario y agroexportador tuvo que atravesar una serie de adversidades por el contexto externo, pero también por la crisis e inestabilidad interna, para el 2023 en AGAP también vemos que será un año complejo, debido a que, según especialistas internacionales, la economía global afrontará un escenario complicado. Ante ese panorama, las autoridades nacionales deberán trabajar en la mejora las condiciones para superar la crisis interna y sobrellevar la crisis internacional, así como en el impulso de la competitividad, para recuperar la confianza de los inversionistas.
Para alcanzar ambos propósitos, es necesario que el gobierno de transición establezca las bases de recuperación de la competitividad que lleven al país a retomar su crecimiento, en favor del bienestar ciudadano, la atracción de inversiones y la generación de empleo, y que el sector público y el privado trabajen de la mano para aprovechar adecuadamente el potencial del Perú en el sector agrario. También es fundamental que el Congreso también ayude a esta tarea. Solo de esa manera obtendremos resultados positivos y, en el sector agroexportador, podríamos superar los US$ 10,000 millones en envíos.
¿Qué cambios o medidas se requieren para lograr un mayor dinamismo?
Requerimos de un shock de confianza y competitividad. El Poder Ejecutivo y el Congreso deben enfocarse en cuatro temas prioritarios: La primera es la mejora de toda la regulación agraria tanto la directa como la transversal, a fin de devolverle el carácter promotor que perdió hace unos años con la derogatoria de la ley de promoción agraria y la dación de diversas normas que afectan la formalidad y la inversión, y, de esa manera, eliminar sobre costos y riesgos. Esta medida impulsará la inversión privada y mejorará la posición tanto de la pequeña agricultura como la de la agricultura empresarial, la cual en el 2022 registró un crecimiento de inversiones nulo.
En segundo lugar, se debe establecer una política muy agresiva de acceso a nuevos mercados, así como mejorar los actuales mercados para los productos peruanos ingresen con mejores condiciones de competitividad.
En tercer lugar, se debe promover el destrabe de proyectos de irrigación y acelerar la inversión pública en este tipo de infraestructura, a fin de darle sostenibilidad al agua para la agricultura familiar y agroexportadora.
Mientras que, en cuarto lugar, se debe fortalecer el SENASA para que pueda desarrollar sus actividades con altos estándares internacionales, en beneficio de la agricultura local. Para ello es fundamental otorgarle al SENASA mayor presupuesto y mantener a la institución con funcionarios de carrera y técnicos, y realizar visitas ministeriales a los países donde necesitamos abrir mercados. Entre otras acciones urgentes.
Por último, es fundamental apoyar de forma urgente al desarrollo de la agricultura familiar en todo el país.
¿Qué sucesos ocurridos en el 2022 deberíamos evitar el próximo año?
En los últimos meses, la incertidumbre política vivida en el país, debido a una mala gestión gubernamental, ha sido uno de los detonantes del pobre desempeño del sector agrario. Por ello, es necesario que nuestras autoridades tomen consciencia de que este tipo de situaciones solo afectan a los diversos sectores económicos del Perú, entre ellos el agrario. El Perú requiere de estabilidad política, económica y social para retomar el crecimiento económico y aprovechar adecuadamente nuestro potencial.
Otros hechos que deberíamos evitar es la continuidad de regulaciones adversas a la inversión, el deterioro de la burocracia, la inseguridad jurídica e inseguridad ciudadana. Estos aspectos ocasionan que el Perú deje de ser visto como un país atractivo y amigable para los inversores, que terminan optando por otros mercados para sus inversiones, en deterioro de la economía local, la generación de empleo y el desarrollo de nuestro país.
Nota de Redacción: Hacemos extensiva la invitación de AGAP a este importante evento que despejará muchas dudas y pérmitirá ampliar conocimientos.