Tres esposas de tres personajes políticos que fueron -lamentablemente- presidentes del Perú, están en modo “profugismo”: Eliane de Toledo, Lilia de Castillo y Nadine de Humala, cada una de ellas (mejor digo, de “esas”) la encarnación de lo que NO es una mujer peruana, siendo el retrato hablado del crimen impune.
No vamos a hablar de posiciones ni de ideologías, sino de tres sinvergüenzas que dilapidaron recursos públicos, esa es mi observación fruto de las innumerables denuncias procesadas y por procesarse, a pesar de tantos años perdidos, donde algunas oenegés caviares y mercantilistas las cubrieron con abierta militancia y activismo.
Somos testigos cansados de la burla a la Justicia, de las estafas al debido proceso, de la forma despectiva con que usaron a los más pobres para inventarse aureolas de damas pulcras, siendo las directoras de la escuela delictiva más ruin de la historia, llevando de la mano a sus felices y cómplices esposos por la senda miserable del crimen organizado. Los daños que le han hecho a la niñez, juventud, imagen de las mujeres y posibilidades que las mujeres hagan política sana y honesta, son catastróficas y estas miserables tienen que pagar el inmenso daño ocasionado al Perú.
No se trata de poner “tienen asilo y nada se puede hacer”. No estamos frente a “tres chifladas”, sino ante tres de más conspiradoras contra la Democracia, porque hay más del mismo pozo palaciego.
Los brazos de la Justicia deben y tienen que llegar hasta donde se encuentren estas sinvergüenzas, para que sean extraditadas y cumplan condenas ejemplares. Los peruanos en el exterior deben hacerles sentir el repudio que se merecen y los peruanos de aquí adentro, enfrentar a sus defensores del clan Odebrecht, comenzando con la “tía” o matrona de la impunidad, Dina Boluarte, la otra gran socia de Lula, que emplea un falso discurso anti caviar para separarse de sus clones.
Siento tanta indignación, faltando aún procesarse a otras más de la suciedad política, porque “esas tres” son solo tres de muchas que han estado y están en el poder, gracias a sus espositos, tremendos ladrones, que maltrataron y usufructuaron, esquilmaron, mataron al país y a los peruanos cuando fungieron de presidentes.
La suciedad de “esas tres” es extensiva y no se reduce a las prófugas de las portadas de los diarios, porque aún hay muchas más y la Justicia debe sentenciarlas ¿O no Dina? ¿O no Nancy de PPK? ¿O no Maribel de Vizcarra?
Imagen referencial, en redes sociales vía IA