Si sumamos los gastos millonarios en pasajes aéreos nacionales e internacionales que se ordenan desde el gobierno y en cada uno de los organismos descentralizados, superintendencias, gobiernos regionales y locales, hemos calculado que se podrían generar más de mil pasajes al año en rutas Lima – New York –Lima por ejemplo, lo que equivaldría a salvar cientos de vidas de niños con urgencias de traslados médicos que no se pueden efectuar por falta de recursos familiares.
La compra de pasajes aéreos nacionales e internacionales por el estado, no genera derechos a los usuarios sino al comprador –al estado-, pero inexplicablemente el comprador no ordena ese cumplimiento, sino que se hace de la vista gorda y deja que se usen sin mencionar su nombre y procedencia, los beneficios generados con esas compras.
El gobierno nacional, los gobiernos regionales y locales no necesitan ninguna ley para advertirles a sus empleados, funcionarios o autoridades que se van a reclamar y usar esas millas y los beneficios de poder canjearlos por pasajes que se destinen a casos de urgencias médicas en niños, con como primera prioridad. Y además, que en caso de hacerlo alguien que ha recibido pasajes con fondos públicos, estaría transgrediendo la ley e impidiendo salvar muchas vidas.
Si se trata de demostrar ejemplo, reto al gobierno para que lo haga.