Resulta sorprendente a estas alturas, pero es poco probable que le falte algún delito a los miembros del gobierno del partido comunista Perú “libre” y sus aliados morados, caviares, lagartos y pro sendero, en la innumerable colección de crímenes que han cometido y siguen cometiendo contra el país. Pero están allí, protegidos por organismos que han perdido su esencia de institucionalidad, pero su poder complicidad, para caer en la garras de la promoción y defensa de la impunidad.
Así, no resulta extraño el afán y la desesperación por cambiar la Constitución Política del Perú, ya que sólo les falta desmontar el edifico del ordenamiento legal existencial para dar nacimiento al nuevo reino del caos, la anarquía y el camino al comunismo más despiadado que se haya podido imaginar cualquier ser humano, porque el plan del partido comunista Perú “libre” y sus aliados de la extrema izquierda es implosionar, derrumbar y construir sobre los escombros de la Libertad y la Democracia, el nuevo poder popular, la revolución plurinacional, el gobierno del odio y la agresión.
No lo ven así millones que andan angustiados en su día a día, en subsistir, sobrevivir a pesar de todo, teniendo esperanzas que esto puede cambiar, sin darse cuenta o aceptando tal vez, que nada va a cambiar, porque las rutas del comunismo se están cosechando en diversos ámbitos para seguir penetrando a profundidad, sin retroceso de ellos, retrocediendo al país.
A nuestra nación la gobiernan ladrones, estafadores… profesionales de plagios, encubrimientos, favorecimiento indebido, colusión, usurpación de funciones, cohecho, corrupción e impunidad. Lo sabemos, lo verificamos cada día y seguimos callados, no nos asombramos de nuestro propio asombro, lo aceptamos como dice nuestro Director Ricardo Escudero, “porque estamos en el remolino de la dictadura del conformismo, en la sumisión aceptada del silencio cómplice y cobarde”, porque si no fuera así, hace rato que hubiéramos sacado a todos los ladrones y castigado a todos los cómplices.
Ya no sabemos qué les falta hacer, qué les falta robar. Lo único que observamos es el devenir de los sucesos, como si fuéramos la Notaría que certifica el crimen y le da sello de autenticidad.
Y nos preguntamos, como siempre lo hacemos: ¿Qué crimen falta que cometan en el gobierno, para ser expulsados por el Pueblo?
Imagen referencial, captura de pantalla Panamericana.pe