El nuevo año 2022 ha comenzado de modo muy poco auspicioso en nuestra sufrida Cuba. Las mismas predicciones de la “Letra del Año” formuladas por los babalawos se hacen eco del inmenso desastre en el que naufraga nuestra Nación y parecen contener una crítica al inmovilismo del inoperante régimen: “Es un error no aprender de los errores cometidos” señala uno de los refranes para las 52 semanas venideras. Otro, exhibiendo un optimismo melancólico a toda prueba, menciona la única expectativa que puede tener el pueblo de la Isla: “Mientras hay vida hay esperanza”.
El país puede estar cayéndose a pedazos, pero los agitadores del régimen castrista, en medio de su inepcia y su falta de imaginación, parecen haber escogido el martilleo inmisericorde como única forma de llevar su mensaje mentiroso a las masas. Si la labor del Departamento Ideológico del Comité Central era mala bajo el mando del “tronado” (aunque sea a medias) Víctor Gaute, el nuevo encargado de esa tarea, Rogelio Polanco, no ha dado muestra alguna de ser sustancialmente mejor.
Verdad es que no debemos esperar que un olmo de peras. Y los burócratas del único partido permitido en Cuba no son magos, y mucho menos santos; por ende, no debemos confiar en que hagan milagros. Mas no era demasiado —pienso— esperar alguna muestra de un poco de creatividad; siquiera un atisbo de originalidad o de simple mesura en la ejecución de esa tarea difícil e ingrata.
Pero —insisto— no ha sido así. Los mismos materiales panfletarios se transmiten una y otra vez, hasta provocar primero el aburrimiento y la irritación, y después el hartazgo o la franca indignación de los espectadores. Es como si su mera repetición fuera a darles poder de convencimiento a esos bodrios que se caracterizan justamente por carecer de este.
En ese desfile de potajes ideológicos descuellan (por la mayor relevancia de su intérprete) las palabras dirigidas al pueblo de Cuba por el flamante Presidente de la República. ¡Cinco es el número de las veces que quien esto escribe ha visto personalmente el inicio de esa alocución, aireada en horarios estelares! ¡Y supongo que en las noches y madrugadas hayan sido más las retransmisiones! ¿Con qué objetivos? ¿Para qué todo ese barraje propagandístico!
¿Para oír al mandamás de turno calificar al catastrófico 2021 como “un año de pérdidas y duros aprendizajes, pero también de victorias”! ¿O afirmar de 2022 que “nadie sabe cómo será”, pero pidiendo de todos modos enfrentarlo “con optimismo y alegría”! Reconocer “la recuperación económica” como “el gran desafío pendiente”, y proclamar de inmediato, con un voluntarismo a ultranza situado a mil millas de la realidad, que ¡“sí se puede” y que es necesario hacer “posible hasta lo imposible”!
Pero el martilleo propagandístico no se limitó a lo dicho por el Jefe de Estado en esa sorprendente alocución. A falta de realizaciones concretas a las cuales aludir, el mandatario también trata de hacer realidad las palabras (tan divorciadas de la filosofía materialista) que pronunció en la reciente reunión del Consejo de Ministros: “Trabajar en la espiritualidad de las personas”.
Para cumplir con esa consigna, el Departamento Ideológico también se ha encargado de repetir con gran insistencia algunos de los subproductos más caracterizados de los materiales de agitación provenientes del mundillo de la música. En esto se han destacado el recién fallecido cantautor Vicente Feliú y el dúo Buena Fe.
Del primero, se ha echado mano de su canción Créeme. Como en estos días se han encargado de recordárnoslo una y otra vez al transmitir la versión de un coro infantil, en ella el compositor exige que se reconozca su veracidad cuando afirma: “Soy feliz abriendo una trinchera”. También expresa su deseo de ser “machete en plena zafra” y “bala feroz al centro del combate”.
Al parecer, esa panfletería de la peor especie entusiasma al exigente Díaz-Canel, y tanto, que llegó a citar la primera de esas frases pedestres. No olvidemos que el mayimbe antillano se autoerigió en exigente crítico al acusar al presidente uruguayo Lacalle de tener “mal gusto musical” por citar una estrofa de la canción Patria y Vida. ¡Pero los “imperialistas yanquis” —¡malvados que son!—, con tal de hacerlo quedar mal, le otorgaron nada menos que dos premios Grammy a la original composición!
En cuanto al dúo Buena Fe (que a diferencia del difunto Feliú el Malo, ha dado muestras de poseer cierto talento musical), la trompetería comunista se ha mostrado especialmente complacida con su canción (al parecer, carente de título) consagrada a las vacunas cubanas contra el Virus Comunista Chino.
Allí, con la mayor promiscuidad, se amontonan nombres y frases de la más rancia patriotería: “Tropas mambisas”, “Toque a degüello”, “Baraguá”, “Dos Ríos”, “Patria es Humanidad”… Y lo que es más: Los “ateístas científicos” del Trópico caribeño, seguidores de Marx y Lenin… ¡invocan hasta a “la Virgencita de la Caridad”! ¡Verdad que estos comunistas no conocen límites!
Para cerrar este texto sobre la retórica oficialista de estos días iniciales de 2022, tenemos que recordar otra de las genialidades de George Orwell. Me refiero a las “telepantallas” que él ideó, en las que, todo día y a toda hora, se podía leer: “El Gran Hermano te vigila” (La traducción correcta de “Big Brother” sería “Hermano Mayor”, pero a estas alturas ¿quién va a corregir ese error! Sólo procede señalarlo).
Pues bien: como en la brillante premonición totalitaria del gran autor británico, ahora los televidentes cubanos (sin importar que estén viendo un drama o una comedia, un programa político o un musical) tienen clavado en sus retinas un nuevo letrerito de “Cuba Vive” que no desaparece de la esquina superior derecha de su receptor. Se trata de una consigna que a veces se completa con las frases “y Celebra” o “y Renace”.
¡Así andan las cosas en este comienzo de año en la desdichada islita que otrora mereciera el título de “Perla de las Antillas”! En este 2022, que el colega 14yMedio, en su editorial del primero de enero, califica como “el año en que los pronósticos no servirán de nada en Cuba”. Se trata de un texto cuyo párrafo final formula una pregunta quizás un poquitico capciosa, pero harto esperanzadora: “¿Será este el primer día del último año del castrismo?”.
Del autor: René Gómez Manzano (La Habana, 19 de diciembre de 1943) es graduado en Derecho en las Universidades de Moscú y La Habana. Ejerció como Abogado de Oficio ante el Tribunal Supremo (1985-95). Periodista independiente. Presidente de la Corriente Agramontista, y desde febrero de 2013, fue miembro de Comité Coordinador de la Unión Patriótica de Cuba, hasta febrero del 2015, actualmente es uno de los Vicecoordinadores de la Mesa de Coordinación dentro de Cuba del Encuentro Nacional Cubano, coalición políca que agrupa a más de 60 organizaciones anticastristas al interior de la Isla y el exilio.
Es un disidente cubano especialmente conocido por su ensayo “La Patria es de Todos”, que él co-escribió con Martha Beatriz Roque, Vladimiro Roca y Félix Bonne Carcasés, y también por sus constantes estancias en prisión por mandato del gobierno cubano, siendo considerado prisionero de conciencia. Amnistía Internacional le ha denominado prisionero de conciencia en numerosas ocasiones ya desde 1994, cuando militaba en el Consejo Nacional por los Derechos Civiles (CNDC) (con información de Wikipedia)
Fotografía: Cubaencuentro.com