Si usted revisa las páginas de los medios de comunicación, si usted revisa los portales, páginas y blogs de contenido político en el Perú, si usted escucha alguna emisora radial donde se habla de temas de actualidad política o tal vez, revisa en algunas redes sociales lo que se dice y se opina sobre el país desde la franja de las innumerables izquierdas peruanas, no encontrará ni una sola idea, ni una sola propuesta sostenible, que se refiera por ejemplo a la ampliación de la base tributaria, a la incorporación del amplísimo sector informal castigado por los gobiernos regionales y municipalidades, ninguna idea sobre cómo hacer o cómo estimular para que las mujeres, las valientes emprendedoras peruanas accedan a capital semilla y acompañamiento en el desarrollo de sus iniciativas hasta que se consoliden en el tiempo. No hay nada que valga un signo de apoyo, ni una sola iniciativa formal desde las izquierdas atolondradas y renegadas que existen para vivir acomodándose en el dinero público, que están sólo para dividir y enfrentar, para retroceder y anular todo ensayo e intento de progreso.
Las izquierdas son una conjunción de autómatas cuya meta violenta proviene de su ideología revanchista, perdedora, acomplejada y traidora: son explosión y daño. Y es por eso que cada día hablan rabiando desde las izquierdas de si un Ministro come una galleta durante la larga espera de su interpelación o si un Alcalde acude a una Iglesia por su Fe y en unos minutos de silencio, si un visitante de otra nación no es de su color y podredumbre política o si una joven defiende la maternidad de otras mujeres. El tema para los de las izquierdas es “buscar cómo atacar”, sin que les interese lo que sea. No se trata de polémica, de debates, de comparaciones y evaluación de opciones, porque sólo les importa el daño y la humillación.
Observen: El feudo intelectual en la izquierda es como un establo donde te dan de patadas a destajo, donde quieren anularte con insultos, vejaciones y burlas para no evidenciar su ignorancia, tremenda ignorancia que les caracteriza siempre. Los de las izquierdas no recuerdan pero se los repetimos: “Nadie le ladra al perro, nadie patea al burro”, por eso, ante la carencia de ideas y propuestas, nosotros los demócratas no respondemos los ladridos, las patadas ni las burradas, porque ellos, los de las izquierdas, es decir los ignorantes sumidos en el odio, necesitan aprender, aunque sea una tarea casi imposible (para ellos).
Por eso las preguntas son contundentes: ¿Qué hacen las izquierdas por el Perú? Nada bueno, nada solidario. ¿Qué ideas y propuestas han presentado? Ni una sola idea de unidad y progreso, ni una sola propuesta para el desarrollo de toda la nación. ¿Todo es odio y violencia en y desde las izquierdas? Sí, esa es su forma de vida para acabar con los demás, no les interesa la vida, promueven la muerte hasta de un niño por nacer o de un paciente que aún en el últimos segundos, tiene Fe por la Vida y puede salvarse.
No estamos condenados, estamos rodeados de la espuma sucia del odio marxista-leninista, de los residuos contaminantes de la violencia comunista que se viste de “colectivos”, de “opinólogos”, “comunicadores” frustrados y de “caviares” que lucran metidos en el Estado. Estamos rodeados por medios de comunicación que repiten esos odios y alientan esas formas de violencia que hace décadas interrumpen la posibilidad de unir al país y a sus ciudadanos en un mismo camino. Estamos cansados de las izquierdas inútiles a las que se les han dado ingenuamente todas las oportunidades, hasta la de matarnos.
Si cada día se escucha más que hay un guión, un discurso de odio desde las izquierdas, por el cual agreden y violentan la política pervirtiéndola y convirtiéndola en un acuchillamiento contra la peruanidad, es hora de quemar ese guión y enterrar sus cenizas. La Libertad y la Democracia no merecen “esas” izquierdas.