Francisco invitó a “fundar la vida sobre la Palabra de Dios” porque lo único que permanecerá es la caridad, el amor, el bien que “permanece siempre” y no cosas transitorias como el dinero o el éxito.
Durante el rezo del Ángelus, el papa Francisco recordó que las cosas terrenales como el dinero, el éxito, la apariencia y el bienestar físico no están destinadas a durar y, por el contrario, lo único que permanecerá es la caridad, el amor, el bien que “permanece siempre”.
En este sentido, el pontífice recordó la enseñanza de San Pablo “la caridad no pasará jamás” y añadió que “quien hace el bien invierte en la eternidad”.
“Cuando vemos una persona generosa y servicial, apacible, paciente, que no es envidiosa, no critica, no se jacta, no se hincha de orgullo, no falta al respeto, esta es una persona que construye el Cielo en la tierra. Quizá no tenga visibilidad, no haga carrera, no será noticia en los periódicos y, sin embargo, lo que hace no se perderá. Porque el bien nunca se pierde, el bien permanece para siempre”, advirtió.
El Papa consideró que que se trata de “un mensaje precioso para nosotros, para orientarnos en las decisiones importantes de la vida” para pensar “en qué conviene invertir la vida, ¿en lo que es transitorio, o en las palabras del Señor, que permanecen para siempre? Evidentemente, en estas”.
Sin embargo, Francisco reconoció que “no es fácil. De hecho, las cosas que caen bajo nuestros sentidos y nos dan satisfacción inmediata nos atraen, mientras que las palabras del Señor, aunque son hermosas, van más allá de lo inmediato y requieren paciencia”.
“He aquí, por tanto, la invitación: no edifiquemos la vida sobre la arena. Cuando se construye una casa, se excava en profundidad y se ponen cimientos sólidos. Solo un ignorante diriía que eso es tirar el dinero por algo que no se ve. El discípulo fiel, para Jesús, es aquel que cimienta la vida sobre la roca, que es su Palabra que no pasa”, destacó el Papa al recordar la enseñanza de Jesús en el capítulo 7 del Evangelio de San Mateo.
En este sentido, el Santo Padre destacó que la Palabra de Dios “nos advierte que la escena de este mundo pasa. Y solamente permanecerá el amor. Por consiguiente, fundar la vida sobre la Palabra de Dios no es evadirse de la historia, es sumergirse en las realidades terrenas para hacerlas firmes, para transformarlas con el amor, imprimiéndoles el sello de la eternidad, el signo de Dios”.
Finalmente, Francisco dio un consejo “para tomar decisiones importantes, cuando yo no sé qué hacer, para realizar una elección definitiva”, como lo explica San Ignacio de Loyola en el libro de los Ejercicios Espirituales, “antes de decidir, imaginemos que estamos ante Jesús, como al final de la vida, ante Él que es amor. Pensando allí, en su presencia, en el umbral de la eternidad, tomemos la decisión para el hoy, así debemos decidir, mirando la eternidad, mirando a Jesús”.
“Quizá no sea la más fácil, la más inmediata, pero será la buena, eso seguro. Que la Virgen nos ayude a tomar las decisiones importantes de la vida como hizo ella: según el amor, según Dios”, concluyó.
Reflexiones tras la oración mariana
Tras el rezo de la oración mariana, el Papa recordó que se celebra la V Jornada Mundial de los Pobres, “nacida como fruto del Jubileo de la Misericordia”.
“En el pobre Cristo está presente. El grito de los pobres, unido al grito de la Tierra -dijo Francisco, que presidió esta mañana la misa de este día-, resonó en los últimos días en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático Cop 26, en Glasgow. Animó a todos los que tienen responsabilidades políticas y económicas a que actúen ahora con valor y visión de futuro”.
El pontífice también recordó que hoy, Jornada Mundial de los Pobres, “se abre la inscripción para la plataforma Laudato si’, que promueve la ecología integral”.
Por último, Francisco recordó que hoy se celebra “el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad crónica que afecta a muchas personas, incluidos los jóvenes y los niños.” “Rezo por todos ellos y por los que comparten su fatiga cada día, así como por los trabajadores sanitarios y los voluntarios que los asisten”.+