Ya estuvo bien de majaderías. Eso de que votar por Keiko es votar por el “mal menor” es una estupidez.
Solo es posible asumir el mal menor cuando existen opciones, es decir una variedad de posibilidades, no cuando solo hay una alternativa.
Hoy tenemos un dilema. Con Pedro Castillo se favorece una posición conducente al comunismo, con la señora Fujimori se privilegia la continuidad, con reformas, del sistema liberal. No existen ideales perfectos, pero tampoco hay alternativa. De modo que dejémonos de hipocresías.
Como bien ha dicho recientemente el periodista Beto Ortiz, tenemos que remangarnos y hacer nosotros mismos todo cuanto esté a nuestro alcance para preservar la democracia. No basta con el maldito “hay que hacer”, sino que es exigible la contribución activa de cada uno de nosotros dentro del campo de actividades personales y profesionales.
Castillo, tal como lo ha ratificado en el debate de Chota, es un personaje que si bien tiene escuela política para agitar a las masas, carece de capacidades de estadista. Toda su propuesta es feble, primitiva e inviable. Se centra en la intención de convocar a una Asamblea que dicte una nueva Constitución; lo cual implica desmontar la república liberal tal cual como está concebida por la enorme mayoría de peruanos, para fundar una república popular sostenida en la dictadura del proletariado.
Quienes no quieran ver que no vean, pero más claro ni el agua: los balbuceos programáticos del candidato del lápiz estriban en el ideario de Perú Libre, que es de propiedad del comunista Vladimir Cerrón y que está directamente vinculado con Sendero Luminoso a través del Movadef y el Conare. Al punto que inclusive congresistas electos por este grupo tienen antecedentes de terrorismo.
Cualquier confusión por sus nexos con los socialistas del siglo XXI se aclara precisando que Castillo es marxista, leninista, mariateguista, que pretende tomar todo el poder del Estado para inaugurar un modelo rígido como el estalinista, aunque sus métodos de lucha sean los maoístas. Peor todavía, según su predicamento, si ganan, vía la Constituyente, confrontarán con la institucionalidad nacional (Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo, policía, FF.AA., etc.) y si pierden están dispuestos a gritar fraude y eventualmente iniciar la subversión armada.
Aprendan a leer el mensaje comunista, comprendan que el “internacionalismo” implica la desaparición del Estado – nación peruano. Y déjense de tonterías, asumiendo que votar por Keiko Fujimori es la única defensa ante la barbarie. Basta ya de poses ridículas.