Leo algunos de los cientos de mensajes que recibo en distintas redes sociales y me quedo con uno en especial que dice: “No es momento de ver o señalar culpables, es hora de preguntarnos ¿Qué vamos a hacer?, no se trata de los caviares o los medios, es un asunto que se nos escapó de las manos”.
¿Saben qué pienso? Que hay que señalar claramente a los responsables, a los culpables, porque no podemos repetir la misma historia cada cierto tiempo y estar pendientes de un hilo o permitiendo que se sigan infiltrando en los estamentos e instituciones democráticas los comunistas (hoy llamados progresistas, ambientalistas, socialistas, morados o como les dé la gana de autonombrarse).
No podemos seguir permitiendo que se escabullan como moderados o reformistas, renovados o arrepentidos, los de Sendero luminoso, el MRTA y sus aliados. Ya basta de ser tan tolerantes o tan ingenuos, porque así se llamen ahora MOVADEF, CONARE o lo que sea, son extremistas, comunistas, gentes llenas de odio, violencia y resentimiento cuyo único objetivo es el poder por el poder para arrasar, para avasallar, para liquidar toda forma o expresión de la democracia y la libertad.
Pero claro, los miserables de los medios de comunicación -salvo honrosísimas y contadas excepciones-, han jugado al billete público, de tus y mis impuestos, para ser serviles a gobiernos que en su desmedido egoísmo y aprovechamiento, han logrado por décadas sembrar discursos de odio contra cualquiera que no se arrodille como ellos.
¿Y cómo han vivido estos alquilados y alquiladas? Dirigiendo o conduciendo periódicos o programas de radio y televisión desde donde maltrataban, ofendían y satirizaban a sus invitados, pero a la vez, se rendían en pleitesía absoluta a los que gobernaban, a los que les pagaban directa o indirectamente por ser lacayos de la manipulación y el abuso del poder. Eso opinamos.
Es imposible que gentes de los medios acaben en pocos años siendo propietarios de mansiones, casas de playa en lugares exclusivos, dueños de propiedades inimaginables, asiduos viajeros a paraísos del placer y dueños de empresas -ellos o sus parejas ocasionales y habituales, no se sabe bien- como proveedores del Estado, es decir, del gobierno de turno. Eso se manifiesta en la opinión de muchos y en la nuestra.
¿Y se ofenden, y se rasgan la cola cuando se les aclara?
El Perú no merece este suicidio al que nos conducen los medios, con la opción del comunismo.
No interesa el nombre o el partido que usen ahora, lo cierto es que los comunistas se prepararon muy bien y la prensa los ayudó, entonces hay que enfrentarlos, derrotarlos, acabarlos y luego, a la prensa servil, no olvidemos eso.