Se mantiene el sesgo al alza en el balance de riesgos de la proyección de inflación

La mayoría de los indicadores contemporáneos y adelantados relacionados a la inversión privada continúan presentando un comportamiento desfavorable debido a la persistencia de la incertidumbre política

Se proyecta un crecimiento de 2,6 por ciento en 2023, inferior al presentado en el Reporte de diciembre, considerando el impacto económico de los conflictos sociales sobre el crecimiento de los sectores minería y turismo, principalmente, así como el efecto adverso del clima sobre el sector agropecuario y pesca.

Tras la moderación de la conflictividad social de inicios de año, la actividad económica se dinamizaría en un entorno de estabilidad sociopolítica y recuperación de la confianza empresarial. En tanto, para 2024 se prevé que la economía crezca a una tasa de 3,0 por ciento, con la demanda interna como principal motor del crecimiento. Se estima que el PBI se ubique cerca a su nivel potencial en el horizonte de proyección, es decir, sin presiones inflacionarias significativas de demanda.

El déficit fiscal acumulado en los últimos doce meses aumentó de 1,6 a 1,8 por ciento del PBI entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, reflejo de la reducción de los ingresos corrientes y mayores gastos de capital, principalmente del Gobierno Nacional. Se proyecta que el déficit se ubique en 1,6 por ciento del producto en 2023 y en 1,5 por ciento en 2024.

Se espera que la deuda neta de depósitos del Sector Público No Financiero se mantenga alrededor de 21,2 por ciento del PBI en el horizonte de proyección. La deuda bruta continuaría con la tendencia decreciente y se ubicaría en 32,1 por ciento en 2024.

En enero de 2023 el Directorio del BCRP acordó elevar la tasa de referencia en 25 puntos básicos a 7,75 por ciento. Posteriormente, entre febrero y marzo de 2023, el Directorio decidió mantener la tasa de referencia inalterada. El Banco comunicó que esta pausa no necesariamente implica el fin del ciclo de alzas y que se mantiene atento a nueva información sobre la evolución de la inflación y sus determinantes.

En términos del PBI, el saldo de operaciones de inyección de liquidez es equivalente al 3,9 por ciento del PBI al 1 de marzo (4,2 por ciento del PBI a diciembre de 2022), del cual S/ 15,1 mil millones corresponden a repos de cartera de crédito con garantía estatal (S/ 18,7 mil millones a diciembre de 2022).

El crédito al sector privado se expandió 4,5 por ciento en 2022 y muestra una ligera desaceleración en su tasa de crecimiento a febrero de 2023 (2,8 por ciento interanual). El resultado de febrero se sustentó en el avance del componente de crédito a personas, principalmente de consumo. Con esta ejecución, se proyecta un incremento de la tasa de crecimiento del crédito al sector privado en 4,5 y 6,0 por ciento en 2023 y 2024, respectivamente.

La tasa de inflación interanual aumentó de 8,45 a 8,65 por ciento entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, cifra menor al máximo de 8,81 por ciento alcanzado en junio de 2022. La inflación sin alimentos y energía aumentó de 5,71 a 5,87 por ciento en el mismo periodo, ubicándose por encima del rango meta. Los diferentes indicadores tendenciales de inflación continuaron ubicándose por encima del rango meta.
Se proyecta una inflación de 3,0 por ciento para el presente año y de 2,4 por ciento para 2024, dentro del rango meta. Esta proyección asume la reversión del efecto de factores transitorios sobre la tasa de inflación (tipo de cambio, precios internacionales de combustibles y granos) en un contexto en el que las expectativas de inflación retornan al rango meta y la actividad económica se ubica alrededor de su nivel potencial.

Se mantiene el sesgo al alza en el balance de riesgos de la proyección de inflación, aunque con una menor magnitud respecto al Reporte de diciembre. Los riesgos en la proyección consideran principalmente las siguientes contingencias:

(i) menor demanda de no recuperarse la confianza empresarial y del consumidor por persistencia de inestabilidad política;

(ii) desaceleración del crecimiento global, que implicaría una menor demanda
por nuestras exportaciones;

(iii) intensificación de las tensiones geopolíticas, que podrían
exacerbar y prolongar la actual crisis energética y alimentaria y la posibilidad de eventos
climáticos con alto impacto adverso sobre la economía; y

(iv) presiones al alza del tipo de cambio, salida de capitales y mayor volatilidad en los mercados financieros por episodios de mayor incertidumbre política, perturbaciones en el crecimiento, o por endurecimiento de las condiciones financieras internacionales.

 

Con información del Banco Central de Reserva del Perú BCRP

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