Si todo está podrido, es urgente ir limpiando la podredumbre de manera eficiente, con pasos firmes y decisiones transparentes, rápidas y efectivas. Ya lo vemos con la mafia de la Junta Nacional de Justicia, donde “por lo menos” a dos de sus pésimos magistrados (transgresores de la Constitución) se les ha inhabiltado y por ende, han sido automáticamente destituídos de sus cargos. Lo mismo puede pasar en otras instancias (organismos autónomos, pero sujetos al control político y fiscalizador del Congreso). Sin embargo, hay algo que la gente reclama y exige: la limpieza interior del Congreso y en esa tarea, el tiempo apremia.
¿Qué hay que hacer de inmediato? Presentar y sancionar públicamente diez casos de Congresistas que han cometido fechorías y graves faltas y delitos, siendo por tanto urgente su inhabilitación y destitución en aplicación de lo que establece la Constitución Política del Perú.
“El problema estriba en que en el Perú se está frente a un Poder Legislativo que construye su imagen ante la ciudadanía de manera confusa y contradictoria, la cual por lo general no es muy prestigiada. En la historia contemporánea, el Parlamento no ha jugado un papel relevante ante la memoria de los peruanos. Y la experiencia de los años de régimen democrático, en especial la de los últimos años, ha sido la de contar con Parlamentos condescendientes y poco dispuestos al esclarecimiento y la moralización, lo que permitió el abuso del poder y la impunidad de muchos hombres que ejercieron la función pública y a los que la opinión ciudadana los señalaba por sus excesos de poder, la arbitrariedad, la violación de los derechos humanos o el enriquecimiento ilícito. Esto, como es lógico ha mellado su credibilidad e imagen ante la ciudadanía”
El tema es simple y sencillo ante la pregunta: ¿Hay o no hay Congresistas que merecen ser sancionados y en especial, ser destituidos porque denigran a su institución y al país? Sí, hay decenas en esa condición. En consecuencia, que se comience con diez, es urgente. Y con sus reemplazos, bien advertidos que no van a ser repetición de sus antecesores, que siga con otros diez más, de inmediato, al toque, sin reparos.
El Congreso debe dar señales amplias de orden, recomposición y ejemplo. Por eso, un segundo paso es recortar antes de fin de año su planilla en 15% y el siguiente año en otro 15% más, porque resulta inaceptable que una institución legislativa se haya convertido en el refugio de los que no cumplen, de los que no respetan ni acatan las leyes, haciendo que nuestros impuestos le den trabajo a sus cómplices.
Imagen referencial, captura de pantalla noticiero en TV peruana