Ocurre porque sucede: ese es el diario “anuncio” de los analistas que opinan, pero no analizan, es el comentario de los que repiten lo que otros mencionan, como si fuera su propia evaluación de los hechos. Hoy la receta es copiar, eso es el Perú, la gran copia de la calamidad de no tener originalidad, acto cobarde que huye de la creación heroica.
Tenemos iluminados los anuncios de búsqueda de empleados para gobernarnos, para que nos ordenen lo que ellos quieren que se haga, lo que ellos quieren que se diga y lo que ellos quieren que se acepte “sin dudas, sin murmuraciones”. Queremos comprar la dictadura ciudadana de la imposición legalizada, para legitimarla con nuestro silencio, aceptación y a veces –no se rían, porque ocurre-, adoración.
No nos sentimos capaces, siéndolo. No nos reconocemos en grandeza, por un tonto concepto de humildad. No sabemos dominar la soberbia y la vanidad, con sensatez y tenacidad. Y por eso, los malhechores y los sinvergüenzas gobiernan ayer, ahora y tal vez mañana lo seguirán haciendo.
Entonces, ¿Qué hacemos?… “necesitamos un Bukele –Ricardo-, un Milei, un Bolosnaro, un Donald Trump acholado, necesitamos esa clase de gobernantes”. NO, eso es un absurdo, eso es la claudicación.
Necesitamos impulsar lo que tenemos y tenemos a los suficientes para lograrlo.
En el Perú desbordamos en talentos y personas de éxito, estamos llenos de extraordinarios ejemplos que quisieran dar más, para que todos aspiren a más. Pero los venenosos de los medios de comunicación, los asfixiantes oportunistas de eso que se llama “política” y “partidos”, no lo permiten porque hacen y se hacen de leyes que impiden que la Democracia funcione y sea robusta, para tener secuencia y frecuencia en su camino.
Permitimos que eso suceda y no nos rebelamos ante el crimen político y el delito que gobierna, porque el grito y la protesta es de uno o dos, nunca de mil, cien mil o un millón y es porque algo falla en la mente de cada ciudadano, que se sacude anticipadamente “del lío del otro” (que es tu prójimo, tu hermano, tu compatriota, pero no lo sientes así).
No se trata de publicidad ni de falta de argumentos, sino de ausencia de identidad, porque nos la han robado y la han suplantado por el desinterés, la desunión y el odio “con asco”, de un lado al otro, de abajo hacia arriba, del techo al piso.
¿Somos suficientes para lograr todo lo que queremos? Claro que sí, ¿No lo ves? No se trata de oportunidades ni de favores, sino de hacerlo, tomar decisiones, realizar acciones, tener logros y sentirnos con el poder de crecer imparablemente, todos juntos, sin nadie mirando atrás.
El Perú necesita a Juan, Cecilia, Roberto, Andrés, Lucía, Natalia, Máximo, Pilar, Rocío… necesita a los del cerro con pistas y jardines y a los del cerro construyendo sus pistas y escaleras con jardineras, necesita al trabajador minero que vive en las venas de la tierra y al campesino que hace brotar de la piel de la tierra nuestros alimentos. ¿Por qué no nos vemos en el espejo de la realidad y hacemos camino al andar? Ese es el destino a edificarse, no la búsqueda de ángeles o demonios, para salir o continuar en el infierno que vivimos.
Somos suficientes (poder y entereza) para lograrlo, somos más porque tenemos todo y nadie sobra en un país igual para todos, cuando se hacen de las respuestas, el objetivo de consenso, donde los de aquí y allá, aun pensando diferente, queremos paz, orden, progreso y desarrollo.
Así de simple: somos suficientes para lograrlo.