“Vivir en comunicaciones no auténticas es serio porque impide las relaciones y, por lo tanto, el amor”, explicó Francisco.
Ahora bien, “¿qué significa decir la verdad?”, planteó Francisco. “¿Qué significa ser sincero? ¿Tal vez exacto? En realidad, eso no basta, porque se puede estar de forma sincera en el error, o quizás se puede ser preciso en el detalle, pero no captar el significado del conjunto”.
“En ocasiones nos justificamos diciendo: ‘He dicho aquello que sentía’. Sí, pero has absolutizado tu punto de vista. O también: ‘Tan solo he dicho la verdad’. Quizás sí, pero has revelado hechos personales o reservados. ¡Cuántos rumores destruyen la comunión por inoportunidad o por falta de delicadeza!”.
Por lo tanto, “¿Qué es la verdad?”. El pontífice destacó que “esta es la pregunta que hizo Pilato delante de Jesús”. “La verdad encuentra su realización plena en la persona misma de Jesús, en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre”.
“Preguntémonos qué verdad atestiguan las obras de los cristianos, nuestras palabras, nuestras elecciones. Los cristianos no son hombres y mujeres excepcionales. Son hijos del Padre celestial que es bueno y no decepciona, y mete en los corazones de sus hijos el amor por los hermanos”, por lo tanto, añadió Francisco: “Todos pueden preguntarse: ¿soy un testigo de la verdad o más o menos un mentiroso disfrazado de verdadero?”.
Seguidamente el Santo Padre señaló que la verdad no se dice sólo con discursos, sino que “es una forma de existir, una forma de vida, y se ve en cada acto”.
“La verdad encuentra su plena realización en la misma persona de Jesús, en su forma de vivir y morir”, en su ser “coherente” y volviendo al relato de la Pasión, el Papa explicó: “Cuando Pilato le hizo esa pregunta, Jesús dijo: “Para eso nací y para eso vine al mundo: para dar testimonio de la verdad”.