Una detallada revisión a las tendencias de los principales sistemas de pensiones en el mundo entregó a inicios de abril la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensión (FIAP).
En el marco del seminario web “Tendencia mundial: insostenibilidad de los sistemas de reparto impulsa mecanismos de capitalización individual”, el organismo internacional hizo un profundo repaso sobre cómo, desde el año 2009 a la fecha, los sistemas de reparto han realizado ajustes a sus parámetros claves -como la edad de jubilación, tasa de contribución y monto de los beneficios-, además de incorporar elementos propios de la capitalización individual, para hacer más sostenibles los sistemas de pensiones, así como elevar sus tasas de reemplazo.
Se detallaron los cambios introducidos por diversos países a los sistemas públicos de reparto, concluyendo que 79 han aumentado la tasa de cotización obligatoria, y 62 han aumentado la edad de jubilación, al tiempo que han disminuido los montos de los beneficios, de acuerdo con el levantamiento realizado por la FIAP, revisando la tendencia de los últimos 25 años.
De acuerdo con las cifras exhibidas, el continuo deterioro en los beneficios llevó a que un número importante de países de la OCDE introdujera componentes de capitalización en sus sistemas previsionales, llevando a que las tasas de reemplazo promedio de los países con ahorro privado se elevaran hasta un 55%, versus el 40% que se tendría de no haber incorporado estos mecanismos.
En la ocasión, el presidente de la FIAP, Guillermo Arthur, destacó que las cifras demuestran que hoy, aquellos países que mantienen sistemas de reparto, lo hacen “porque no pudieron hacer frente al gasto que significaba la transición hacia un sistema de capitalización”, y en cambio “lo primero a lo que han recurrido es hacer cambios paramétricos que permitan reducir el gasto público en pensiones, y lo han hecho elevando la tasa de cotización, aumentando la edad de jubilación o endureciendo las condiciones de acceso a la pensión”. De esta manera, se está “incumpliendo con la promesa que tenían de dar a los trabajadores un beneficio definido”.
En contraposición, aseguró que desde el año 2009 se observa una cantidad cada vez mayor de países desarrollados que han incorporado mecanismos de capitalización. “Son justamente los que ocupan los principales puestos en el ranking de Mercer como los sistemas de pensiones más completos”.
Durante su exposición, el gerente de Estudios de la FIAP, Manuel Tabilo, entregó los ejemplos emblemáticos de los países que ajustaron sus parámetros, como Grecia, Portugal, Reino Unido, Italia, Francia, España, Rusia, Brasil y Nicaragua, entre otros. En estos países se encontró, por ejemplo, que la edad de jubilación se elevó hasta los 68 años en el Reino Unido, mientras que la tasa de cotización ha aumentado a niveles que superan el 30% del salario del trabajador (Nicaragua, Rusia). Además, los años mínimos de cotización se han incrementado notoriamente, pasando a 40 en Grecia, 43 en Francia, y hasta llegar a 53 en Nicaragua.
Tabilo explicó que estos “da cuenta de que los Estados han tenido que realizar, en forma sistemática reformas paramétricas, generando alivios solo de manera temporal y aplazando en el tiempo la necesidad de hacer mayores ajustes. Sin embargo, a todas luces, hacer cada vez mayores cambios no puede ser sostenible”.
En tanto, el analista de Estudios de la FIAP, Rodrigo Vidal, dio cuenta sobre cómo al menos 13 los países OCDE, han incorporado mecanismos de capitalización, ante la insostenibilidad fiscal que implican los sistemas públicos de reparto. “Esto ha generado niveles muy importantes de capitalización, llegando a representar un 82% del PIB en promedio ponderado, para los países del bloque”.
Según explicó Vidal, «estos mayores niveles de capitalización ayudarán a apuntalar las alicaídas tasas de reemplazo que entregarán los sistemas de reparto, y los países que han incorporado estos mecanismos han tenido buenos resultados. Esto queda en evidencia al mirar el índice Mercer de los países, impulsado principalmente por mejoras en sus subíndices de sostenibilidad financiera”.