En el Perú tenemos en cartera y listos para desarrollarse más de 50 proyectos mineros debidamente identificados, perfectamente estructurados y financieramente sostenibles en el tiempo. Esta cartera de progreso puede dar empleo a más de 2,5 millones de trabajadores y además, generaría más de 35 mil millones de dólares en exportaciones. Sin embargo, nada de esto se llega a concretar y todos nos preguntamos: ¿Porqué?
Meditamos un momento, estamos en silencio y nos preguntamos ahora: ¿Es posible que teniendo todo para crecer, no lo aprovechemos? La respuesta es que en el Perú, todo es posible, hasta el auto infringirnos heridas o causar nuestra extinción. Y lo aceptamos, y lo permitimos, eso es lo peor.
¿Puede un país matarse lentamente y no hacer nada para evitarlo? Sí, es más, lo hace diariamente y tiene la suerte de estar sobreviviendo en el tiempo.
Somos una especie de autómatas golpeándonos contra el muro de la incompetencia, de la ineptitud y de la tolerancia hacia nuestra propia y absurda búsqueda de la “inexistencia”.
Pocos países en el mundo tienen tanta diversidad de recursos como se resalta en el Perú: en el Mar de Grau, en la costa extensa y de climas agradables, en la sierra maravillosa que parece decirnos “aquí está tu herencia y virtud”, en la selva impresionante que no cuidamos y se va quedando sin árboles y sin aguas limpias; pero sobretodo, poseemos una riqueza multicultural de esfuerzos históricos, de talentos indomables y de precursores que han edificado la Patria, pero no los leemos, no los apreciamos, nos los integramos y no los sentimos nuestros. Esa es la verdad, dolorosa verdad.
Y aún más, hasta el cielo nos bendice como las entrañas de la tierra que nos impulsa: tenemos agua, mucha agua y la desperdiciamos.
Del total de aguas que poseemos (se estima en dos billones de metros cúbicos al año), se consumen aproximadamente 20,000 millones de metros cúbicos al año. ¿Y dónde se consume esa cantidad de agua?
- El 80% en la agricultura
- El 12% para la población
- El 6% en las industria
- El 1% en la minería
Es importante añadir que del agua que se usa en la minería, el 85% es recirculada, se procesa en su limpieza y así, no se usa de terceras fuentes. A más recirculación, es mucho mejor y es más rentable. Pero todo esto que les explico, lo ocultan los políticos y sus amigos en los medios de comunicación, porque viven de la sequedad del conocimiento, de la escasez de la razón.
La “hermandad del agua”, es decir la conjunción agua y minería formal, es un ejemplo del uso racional de recursos y su repotenciación constante, su cuidado y protección. Es una suma que multiplica, es el efecto de la minería responsable.
“La gestión ambiental responsable y en especial el cuidado del agua” son objetivos alcanzables, tareas que se vienen dando constantemente en la industria minera formal pero lamentablemente, el discurso del odio y la violencia contra todo lo que sea ejemplo, éxito y progreso, es una amenaza del bando de los antiperuanos que usan la política desde el gobierno para destruir y aniquilar toda señal de futuro.
Podemos generar activos hídricos con embalses que incrementan la disponibilidad del agua en épocas de sequía, tenemos que generar monitoreos participativos entre las familias, las empresas y las instituciones cercanas para que se conozca la realidad y las formas de hacer que el agua se convierta en el aire de la esperanza y la extensión de nuestra sostenibilidad como país que incrementa sus tierras con productos al alcance de todos.
Tenemos todo para crecer y debemos hacerlo, uniéndonos los que queremos lograrlo.