Desde hace unos años vivimos los efectos de una ley no escrita. Esa que busca silenciar el rugir que surge desde las plazas de toros. Esa que quiere manipular la verdad y la pureza en la fiesta, mediante la hipocresía y lo socialmente aceptado. Hasta hace poco, pretendían silenciar bramidos, triunfos y cornadas, e incluso la nobleza de ganarse el pan exponiendo la femoral, utilizando la ayuda cómplice de una burocracia municipal que no se jugaba ni el menú.
Por lo ocurrido en México y Colombia parece decir que estarían variando la estrategia. En la primera, utilizando a un juez burócrata y pro verde para ayudar a la manipulación municipal que silencia el “cielo andaluz” que se escuchaba en cada paseíllo de la plaza México. En la segunda, como no pudieron de la manera anterior, parece que ahora propician accidentes cuando exactamente un dron sobrevuela la plaza y lo publican en redes sociales[1].
Mientras ello ocurría en el exterior, en Perú se vivía saludablemente las corridas por San Juan, tanto desde “El Vizcaíno” en Chota, como en el Jorge Piedra Lozada en Cutervo. Ambas ferias con llenos importantes, triunfos de toreros entre ellos nuestro Joaquín Galdós. Pero en ambas, Cutervo y Chota, una reafirmación plena del arraigo mestizo y taurino existente en el Perú.
Así llegamos a una fecha señalada en el calendario, tanto para apristas como taurinos, y esa es el 7 de Julio. Para los primeros, por qué celebran el recuerdo de la revolución de Trujillo con la toma del cuartel “O´Donovan”, y los segundos, por qué es la fiesta central en honor del patrón pamplonés “San Fermín”.
Sin temor a equivocarme este año podremos confirmar, que luego de dos años de pandemia, no podrán silenciar triunfos, cornadas e incluso fracasos desde Pamplona. No pueden por qué menos pueden cambiar la “intro” de la metro, la chica yeye o el rey. En todo el mundo, fuera del orbe taurino, se habla de lo que allí ocurre y de los que allí se presentan. Entre ellos, nuestro Andrés Roca Rey, máxima figura del toreo de hoy que se presenta el siete y el trece de julio.
Por ello si pretendes taparle la boca estos días a los de mi “tribu”, aquellos que gritamos ¡Ole!, a los que acomodamos la ropa el día anterior a la corrida, y hablamos de lo que ocurre en plazas, porque se nos erizan los pelos al hacerlo, no sabes a lo que te enfrentas. Los antis menos lo saben tampoco.
A todos nosotros nos lo dieron de probar nuestros padres no por malos, pero lo cogimos y cultivamos por nosotros mismos. Llegamos a entender que se puede vivir en torero sin torear, porque se está lleno de símbolos, como el altar para entregarse el día de corrida, el vestir, el andar y el templar ante los problemas que presenta el toro que es la vida.
Pero sobre todo porque un padre le muestra a un hijo el coraje que se requiere para ser feliz en la vida. Todos, si nos preparamos, seremos capaces de darle el medio pecho a la vida sin esconder la femoral, dispuestos con verdad y pureza a sacar nuestros sueños adelante con perseverancia. Eso es de grande. Por eso hay que transmitir la tauromaquia.
Eso se silencia no por falta de afición, por falta de grandes acontecimientos dentro de los ruedos. Eso se silencia por falta de libertad de expresión. Por la actitud de un imperio, y sus vasallos, que quiere esconder lo que ellos consideran, deben silenciar.
#Toros #Libertad #RocaRey #SanFermines #Chota #Cutervo
Fotografía: Andrés Roca Rey, genial torero peruano
[1] Adjunto enlace de la cuenta en Twitter del matador colombiano Luis Bolívar donde se puede apreciar el video
Parece que tenían todo preparado, cámara, acción. Nos colocaron una bomba el 20 de Febrero del 2017 en la Santa Maria, un día de festejo. Son capaces de cualquier cosa. Dicho queda… pic.twitter.com/SFMUZZS63y
— Luis Bolívar (@luisbolivard) June 27, 2022