Si tomamos en cuenta solamente las declaraciones angustiantes y reflexivas a la vez de los representantes de los Corredores de transporte público de Lima metropolitana, podemos afirmar que a nivel nacional, la crisis no es solamente de infraestructura o recursos a todo nivel, sino de ineptitud y miedo al gobierno de las mafias del transporte informal, que hace que se pierdan todos los días, por los usuarios, por las empresas formales y por el país en su conjunto, millones de horas improductivas y no retornables: NO existen políticas públicas, todo lo cambian a cada rato, el billete se impone en función de cada momento e interés. NO existe un sistema integrado de transporte porque se toma en preeminencia el desorden periférico, para que invada el intento de orden céntrico, que impulse el alivio hacia el ingreso y retorno.
¿Los usuarios tienen a la mano soluciones sencillas? SI, lo que sucede es que los sistemas integrados, en todas las ciudades del Perú, son inexistentes. No se necesita hacer comparaciones. Hoy se mueven cada día alrededor de 12 millones de pasajeros-viajes en Lima -por ejemplo-, pero no se implementan todas las soluciones sino que “una” se pone en marcha y las demás se dejan de lado o se reemplazan por los intereses de las mafias. Por eso los Corredores agonizan y las empresas están al borde de la quiebra.
Incentivar el colectivo NO es formalizar al informal o incluir al ilegal, mucho cuidado con esas expresiones que facilitan la impresión errada que lo informal podría, en condicional, complementar a la cobertura de los corredores de transporte público, concesionados o licitados hacia operadores privados que ponen toda su estructura de negocios y no reciben de parte del Estado o municipalidades responsables, las contraprestaciones contractuales.
¿Empadronar taxis-colectivos es darle a los informales una falsa percepción de autorización e ingreso a la legalidad automáticamente? SI, y eso es un grave e irresponsable fórmula de incremento de la crisis que llevamos por décadas. ¿Cómo planificar, cómo tener un plan sostenible en el tiempo si se cambian a las personas que saben de su trabajo y se cambian los planes operativos y además, y principalmente, no se respetan las condiciones integrales de trabajo?
El transporte en Lima está ahogando a los ciudadanos, ahogando a la ciudad ¿y quien jala la soga de la horca es la autoridad? El transporte a nivel nacional está en su peor hora. ¿Y es el propio ministerio quien se encarga de aumentar la crisis irresponsablemente?
Ni Lima, en realidad el Perú no merece este maltrato “de unos pocos”, en perjuicio “de millones de muchos”.