“La mente da vueltas”, responde Scott Shepard, director del Proyecto de Libre Empresa del Centro Nacional de Políticas Públicas, el NCPPR en Washington, D.C., en un comentario.
Los gigantes de las grandes tecnologías Twitter y Facebook dicen que están felices de desterrar la violencia de sus servicios, pero es obvio que no es así. Preguntándose cómo los fundadores de la empresa, Jack Dorsey y Mark Zuckerberg, respectivamente, pueden soportar tal hipocresía, Scott Sheprad pregunta: ¿Sabe a vergüenza? ¿O acaso miles de millones de riquezas no ganadas hacen que la vergüenza sea imposible?
Las cosas son tan estrictas para el hombre común que uno puede ser retirado de las redes sociales por la “mera objeción a” conceptos, instituciones, ideas, prácticas o creencias asociadas con características protegidas, que probablemente contribuyan a daños físicos inminentes, intimidación o discriminación, contra las personas asociadas con esa característica protegida”.
Eso te convierte en un odiador. Al menos Facebook ha prohibido a los talibanes. Pero ambas plataformas parecen torpes en su aplicación de delitos de pensamiento contra cualquier persona a la derecha. Con esta mentalidad de señalización de virtudes en mente, Scott señala algunos casos en los que Twitter y Facebook han abusado de su influencia. Por ejemplo: El gerente de comunicaciones de Facebook, Dani Lever, ayudó a Andrew Cuomo a engañar al menos a una mujer que acusó al ahora exgobernador de Nueva York de acoso sexual.
Como se mencionó anteriormente, Twitter permite a los talibanes tuitear, a pesar del pedigrí terrorista del grupo y la posibilidad muy real de que pronto puedan tener a los estadounidenses como rehenes.
Si bien Scott predice que los próximos tres años y medio serán “horribles” para los estadounidenses en su conjunto, cree que podría empeorar mucho si el Big Tech decide ir con todo y respaldarse con Biden, quien, por muchas cuentas, “ya ha fallado”.
“Los martinetes de las redes sociales tienen una opción”, concluye Scott “en su relación colusoria con esta administración confusa y desamparada; o ayuda a impulsar la disolución de la democracia estadounidense, y luego piensa cosechar ese torbellino “. Todo este comentario – “Incluso los talibanes piensan que su censura colusoria es pura represión” – está disponible en Townhall haciendo clic aquí:
“Debo preguntarles a Jack Dorsey, Marc Zuckerberg y Nick Clegg:
¿Qué se siente cuando incluso los talibanes reconocen que su censura del discurso de los ciudadanos estadounidenses sobre temas de interés público, en connivencia con la administración actual, es represiva al nivel de los talibanes, de modo que no tolerará objeciones de Occidente sobre su propios abusos contra los derechos humanos y civiles? ¿Sabe a vergüenza? ¿O acaso miles de millones de riquezas no ganadas hacen que la vergüenza sea imposible?
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