En las redes sociales encontramos un hilo -es decir, una serie de comentarios unidos uno a otro, escritos por una sola persona- que describen el escándalo referido a las pruebas rápidas y el desempeño del ex Ministro de Salud en todo ese proceso que en algún momento debe ser procesado por la Justicia en el Perú.
El autor del hilo es el prestigioso científico peruano Edward Málaga-Trillo, Director del Laboratorio de Neurobiología del Desarrollo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) y se encuentra en twitter como @EdMalagaTrillo
A continuación, la transcripción de las redes:
“Las respuestas a este tuit de Ragi Y. Burhum @rburhum muestran que a pesar de la debacle vivida, mucha gente toma las versiones del Ministerio de Salud (MINSA) como hechos incuestionables. Sin espíritu crítico es fácil caer en falacias de autoridad:”
“Cuando un Ministerio no puede admitir que se equivoca 8 meses después y sigue con compras millonarias de insumos que no sirven. En cierto momento debemos de dejar las ideologías de lado y ponerte la bandera de tu país en vez la de tu partido político. ¿Esto está bien?”
“El MINSA se resiste a dejar de usar pruebas diagnósticas y medicamentos que nos trajeron más problemas que soluciones. Tantear con medicamentos quizás fue admisible los primeros dos meses pero no sin ensayos clínicos, y hoy de ninguna manera. NO HAY CURA CONTRA EL COVID-19”
“Lo de las pruebas rápidas serológicas es indefendible. Decir que no había pruebas moleculares en el mercado ni laboratorios para procesarlas son a lo mucho medias verdades para justificar la pobre capacidad de respuesta y el poco sentido de urgencia con que se actuó”
“Derribemos el primer mito. Diversos reportes periodísticos han demostrado que sí había pruebas moleculares RT PCR en el mercado. Es más, la gran mayoría de países vecinos las consiguió e implementó. En Colombia, la jefa del INS sí se compró el pleito”
https://lasillavacia.com/marta-ospina-caracter-los-datos-frente-al-coronavirus-76739
“Eso sólo considerando la tecnología estándar RT-PCR. Aún si efectivamente Trump hubiese vaciado el mercado de estas pruebas, había otras tecnologías disponibles que ameritaban consideración dada la emergencia sanitaria y la urgente necesidad de cercar al virus con test masivos”
“Por ejemplo, todo biólogo molecular sabe que la PCR convencional y análisis electroforético son opciones básicas de amplia disponibilidad en laboratorios académicos. Algo más lentas pero efectivas y de bajo costo, y hubieran sumado mucho si hubiésemos pensado fuera de la caja”
“También había otras tecnologías moleculares de detección como amplificaciones isotérmicas, detección colorimétrica o CRISPR, tamizajes genómicos, etc. Estas alternativas no tenían aún aprobación internacional pero eran factibles utilizando criterios de ciencia y tecnología propios”
“Como ya quedó demostrado, había suficiente know-how en Universidades para hacerlo pero el MINSA trabajó exclusivamente con el INS y de espaldas al sector académico. La infame fractura entre Estado y Sociedad Civil, la desconfianza y el afán de protagonismo estatal”
“En medio dE tanta muerte, era necesario actuar rápido y con sentido de urgencia, cambiar normas e implementar nuevas salidas. Para un funcionario público del MINSA eso equivalía a arriesgarse a una fiscalización de la Contraloría o a perder su trabajo. No se atrevieron”
“Ahora el segundo mito. Ciertamente, al principio había sólo un laboratorio acreditado por el INS para hacer diagnóstico molecular de COVID-19: el del propio INS, oh sorpresa. Sin embargo, ya había laboratorios en el país con la capacidad e infraestructura mínimas”
“Los requisitos exigidos por el INS para la acreditación eran excesivos y propios de “tiempos de paz”. Desde una comisión de expertos del MINSA recomendamos reducir los cerca de 100 requisitos a 10 (otros países los redujeron a 5 o 6). Luego de meses, se redujeron a “sólo” 50”
“Estos criterios poco realistas hicieron extremadamente lenta y difícil la acreditación de laboratorios que hubiesen podido ayudar desde un primer momento, como laboratorios académicos y privados. Mientras nosotros acreditábamos de uno en uno, nuestros vecinos acreditaban por decenas”
“Un caso revelador es el del prestigioso Instituto de Medicina Tropical Alexander von Humboldt, de los más reputados del continente y casa de notables infectólogos y epidemiólogos. Fue el primero en ofrecer sus laboratorios, equipos y personal pero su acreditación tardó medio año”
“Similar suerte corrieron otros laboratorios universitarios y privados. Algunos tenían capacidad para hacer miles de diagnósticos al día. En vez de facilitar y acelerar su acreditación, se les descartó y más bien se destinó fondos a aumentar la capacidad diagnóstica del INS/MINSA”
“Tercer mito: “la acreditación fue lenta porque los laboratorios deben cumplir con niveles de bioseguridad BSL2 (materiales infecciosos) para todo el proceso de diagnóstico”. Esto se basó en RECOMENDACIONES internacionales (no obligatorias) para tiempos de paz, se pudo flexibilizar”
“Hacer esto requería usar nuestro know-how y expertise con una libertad de criterio que no tuvimos. El primer paso del diagnóstico es inactivar el virus para extraer su material genético y hacer la PCR. Luego de este primer y sencillo paso, la muestra deja de ser infecciosa”
“Por eso se propuso hacer solo el primer paso en laboratorios BSL2 que no requieren estar equipados para biología molecular (hay varios) y luego distribuir el material genético no infeccioso a los muchos laboratorios BSL1 (académicos y privados) que podían ser acreditados fácilmente.
“Si el Estado insiste en las normativas actuales, no podremos hacer test masivos. Si quería más laboratorios acreditados, debió invertir también en acondicionar los laboratorios existentes y no sólo exigirles requisitos o construir nuevos laboratorios desde cero. Había que usar TODO el arsenal”
“Cuarto mito: “hemos acreditado 10, 20, 30, 40, etc. laboratorios diagnósticos a nivel nacional”. Otra media verdad; basta con preguntar cuántos y cuáles de ellos han hecho efectivamente cuántos test x día y a partir de cuándo. Son menos. Requerimos cientos, se pudo en países vecinos”
“También desde la comisión de asesores recomendamos crear una red de laboratorios académicos liderados por científicos de reconocida trayectoria para asistir al INS con las acreditaciones, evaluación e implementación de nuevas tecnologías. Nunca ocurrió”
“En su defecto, se anunció una red de laboratorios académicos para investigación genómica, “liderados” por el INS. Otra media verdad, no es igual ni es lo mismo. Es más un gesto que no recoge el enorme potencial de la comunidad científica para aportar a la lucha contra la pandemia”
“Otro mito: “podríamos hacer muchos test moleculares pero hacemos muy pocos porque no hay demanda”. No necesito decir mucho al respecto, solo que el mundo entero nos da la contra y que resulta obvio que aquí el testeo molecular masivo NUNCA FUE ni es política de Estado”
“Quinto mito: “las pruebas serológicas también tienen una función y son importantes para estudiar la pandemia”. Otra media verdad. Claro que sirven para estudiar la seroprevalencia, pero no para detectar y reducir los contagios, algo que era y sigue siendo prioridad absoluta”
“Sexto mito: “no se necesita pruebas moleculares para diagnosticar enfermedad porque lo que manda es el diagnóstico clínico“. Otra media verdad. Claro que no necesitas una prueba molecular cuando tienes un paciente con neumonía atípica, baja oxigenación, tomografía +, etc”
“El uso más importante de las pruebas moleculares no es diagnosticar enfermedad. Con la ventana pre sintomática y un porcentaje tan alto de asintomáticos, lo que se busca es detectar al VIRUS, con o sin síntomas, para cercarlo y reducir contagios”