Veamos un ejemplo de lo que se hizo en Japón con el tema de incluir a todos en las soluciones de todos, y no el pensar en ciudades exclusivas para despojarse de los ancianos (en realidad la hipocresía de no decir ghettos), pero partamos con una frase importante.
“Hoy día el reto es construir un mundo que responda igual de bien a las necesidades de los ancianos, como a las de los jóvenes.”
“Japón es uno de los países del mundo en los que la población está envejeciendo con mayor rapidez. En este país se pueden encontrar a la venta numerosas innovaciones tecnológicas, como robots asistentes o de limpieza, ideales para ayudar a los mayores en su día a día. Sin embargo, los avances tecnológicos han demostrado no ser suficientes. Es necesario un enfoque más integral y la transformación empieza a ser urgente.
En realidad, el problema no es nuevo, pero a pesar de haber probado distintos tipos de planificación urbana desde los años 60, no han logrado invertir la tendencia. Sin embargo, su experiencia ha mostrado algo curioso.
Las primeras iniciativas, como la de Tama, construida al oeste de Tokio en los 60, se centraron en diseñar espacios urbanos pensados específicamente para los ancianos. El proyecto se presentó como una nueva ciudad amigable para los mayores. Sin embargo, hoy en día, Tama sigue envejeciendo y a un ritmo mucho más rápido que el resto de Japón, con apenas una pequeña proporción de jóvenes y familias.
Tras este fracaso, las nuevas iniciativas se centraron en desarrollar ciudades más amigables con el envejecimiento, pero no centradas exclusivamente en las necesidades de los ancianos. Básicamente, los expertos se dieron cuenta de que una ciudad debe tener en cuenta a todos sus residentes y sus necesidades, para que haya cabida para todo el mundo y todas las edades, en lugar de primar un sector frente a los demás.
Así, se pusieron en marcha iniciativas como la de Yukarigaoka, una comunidad desarrollada por capital privado en la ciudad de Sakura, en Chiba, cerca de Tokio.
La nueva premisa de diseño era fomentar la sostenibilidad a largo plazo, para lo cual se tuvieron en cuenta las necesidades de todos los grupos de edades en lugar de dar prioridad a las de los ancianos. El objetivo es que los residentes puedan envejecer con calidad de vida en la ciudad pero que, al mismo tiempo, ésta se regenere continuamente, al haber cabida también para niños y jóvenes.
Con esto en mente, Yukarigaoka se diseñó de forma que los ancianos pudiesen vivir cerca de sus familias, en comunidades con infraestructuras y comodidades para todas las edades. Estas son algunas de las medidas que se tomaron:
- Cada parada de tren está a menos de 10 minutos a pie de cualquier lugar de residencia.
- Hay paradas de transporte público cerca de todas las clínicas y otros servicios similares.
- También se ubicaron las guarderías y colegios cerca de las paradas de tren para facilitar a los padres que puedan dejar a los niños en el colegio y recogerlos en el menor tiempo posible.
- Los ancianos que viajan en bus pueden pedir al conductor que pare donde quieran dentro de las zonas residenciales.
Además, las políticas establecidas determinan que cuando los mayores desean vender sus propiedades para trasladarse a apartamentos más pequeños, el constructor debe comprarlas y renovarlas para ponerlas a la venta otra vez con descuento para las familias jóvenes. De ese modo, la comunidad mantiene su atractivo para atraer a familias jóvenes que sirvan para regenerarla.
En la actualidad, Yukarigaoka tiene una población equilibrada que contrasta con los datos demográficos del país.
Conclusión
Lo que pone de manifiesto Yukarigaoka, es que lo que transforma las ciudades es la integración de una visión colectiva de ciudad en la que todos y cada uno de sus habitantes, independientemente de su edad, puedan disfrutar de una vida productiva, cómoda y socialmente plena”
Fuente: leekuanyewworldcityprize.com