Las elecciones presidenciales y congresales en USA están cargadas de mucha vehemencia y poca prudencia en ambos lados de la balanza, pero sin rebalsar el dique de contención, por lo menos, hasta el momento.
¿Qué podemos contemplar de aquí al día central, teniendo en cuenta que ya están votando millones de norteamericanos?
Veamos una parte de la escena:
- Donald Trump sostiene un debate muy fuerte con el aspirante Joe Biden.
- Días antes presentó a la nominada Amy Barret para Juez de la Corte Suprema.
- El Presidente contrae coronavirus e ingresa a un centro hospitalario.
- Debaten Kamala Harris y Mike Pence, los vicepresidentes de cada fórmula.
- Trump es dado de alta en el hospital Walter Reed.
- En el curso de esos días sale un torpedo: Invocar la vigésimo quinta Enmienda
Para entender mejor, la campaña se conduce hacia dos escenarios muy bien identificados: algo está fallando en el lado republicano y en el discurso de campaña (todas las encuestas indican una diferencia cercana a los diez puntos, no porque Joe Biden sube, sino porque Donald Trump baja), o es posible que esas encuestas sean absolutamente erróneas y ante el temor frente a la reelección del Presidente Donald Trump, se haya buscado una opción de ataque a su candidatura, una acusación encubierta y de extrema fragilidad y alto riesgo, para pretender amplificar una sospecha -sin evidencias hasta el momento- en el sentido de afirmar que el presidente está afectado en su salud para seguir conduciendo al país.
A fin de interpretar este complicado escenario, hemos recurrido a tres fuentes bastante equilibradas, porque para hablar del tema electoral en USA, hay que seguir los análisis de contrapartes expertas.
Comencemos por lo que resume el Denver Post, en base al despacho desde Washington, D.C. que efectúan los periodistas Jonathan Lemire y Aamer Madhani vía The Associated Press:
“El presidente Donald Trump hizo el sábado su primera aparición pública después de ser hospitalizado por el coronavirus, desafiando las pautas de salud pública para hablar ante una multitud de simpatizantes, en lo que se denomina su primer paso de regreso al escenario público a sólo tres semanas para el día de las elecciones. Antes del discurso, los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que no tenían información para divulgar si el presidente había sido examinado para detectar COVID-19. El médico del presidente en la Casa Blanca, el comandante de la Marina Sean Conley, agregó que Trump no mostraba evidencia de que su enfermedad progresara o reacciones adversas al curso agresivo de la terapia que ha recibido”
¿El tema de la salud del Presidente comienza a ser el centro de la preocupación en los medios?
El enfoque que brinda Jennifer Harper desde The Washington Times es bastante descriptivo del rol de algunos medios que han subido el tono sensacionalista, al señalar que varios grupos mediáticos presionaron el botón del pánico tras la noticia que el Presidente Trump había dado positivo en la prueba de COVID-19. Por ejemplo, resalta Harper, CNN informó de la siguiente manera:
“Un país que ya estaba nervioso por una devastadora catástrofe de salud y una turbulenta temporada política enfrentó una nueva agitación cuando los estadounidenses se despertaron con la noticia que el presidente Donald Trump había contraído el coronavirus”
La periodista de The Washington Times escribe que “La discusión sobre la cobertura de CNN se volvió terrible, ya que estaban diciendo que la prueba positiva de Trump podría indicar “el momento más peligroso que haya enfrentado el gobierno de Estados Unidos”.
La prueba positiva de coronavirus de Trump da un vuelco a la campaña en su recta final. “Con su salud y la estabilidad del país en riesgo, estrategas e incluso asesores de alto nivel del presidente dijeron que enfrentaría un duro juicio por parte de los votantes”, advirtió el New York Times.
“¿Y si el presidente está incapacitado? La Enmienda 25 traza un rumbo” comenzaron a decir algunos medios en la suma de “enfermedad + alta hospitalaria + imagen de debilidad en Trump + encuestas que ya no se encuentran creíbles + discurso electoral de los medios de comunicación y silencio de Joe Biden”
Los medios contra Trump, los medios no hablan del que no habla: Biden. ¿No hay nada que hablar de Joe Biden? No pierdan de vista ese indicador en los siguientes días. Mientras tanto, volvamos a la Enmienda.
¿Qué contienen la Enmienda citada? La BBC, antes de explicar su significado descubre un detalle que ha sido rápidamente ocultado, y que desliza de dónde vino esa inquietante sugerencia:
“La Enmienda 25 fue mencionada en el polémico artículo de opinión ‘Soy parte de la resistencia dentro del gobierno de Trump’, publicado de forma anónima el miércoles pasado en The New York Times y cuya autor, según ese diario, es un alto funcionario del ejecutivo estadounidense”
Esta Enmienda fue aprobada en 1965 y se convirtió en parte de la Constitución desde 1967, estableciendo cuatro posibles decisiones:
- La primera establece que el vicepresidente se hará cargo del gobierno si el jefe de Estado muere, renuncia o es destituido.
- La segunda señala que, si se produce una vacante en la vicepresidencia, el presidente debe nombrar un reemplazo que debe ser confirmado por una mayoría en ambas cámaras del Congreso: la Cámara de Representantes y el Senado.
- La tercera permite al presidente delegar sus funciones en el vicepresidente, de forma temporal.
- La cuarta crea el mecanismo mediante el cual el vicepresidente y la mayoría de los miembros del gabinete pueden declarar que el presidente no es capaz de “desempeñar las funciones y obligaciones de su cargo”, lo que puede llevar a que el mandatario sea sustituido por su número dos.
Esta última disposición es la única que nunca ha sido utilizada y es justamente la que ahora se introduce inexplicablemente en medio del proceso electoral, como la última bala de los opositores a Trump. Pero ¿Es posible aplicarla a Donald Trump?
“Esta disposición fue creada para establecer la transición en el poder cuando el presidente está incapacitado. Para aplicarla tienes que demostrar que él no puede desempeñar las funciones y obligaciones de su cargo”, dice Saikrishna Prakash, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Virginia e investigador principal del Centro Miller de Estudios sobre la Presidencia de Estados Unidos, a BBC Mundo.
John Hudak, subdirector del grupo de investigación estadounidense Centro para una Gerencia Pública Efectiva, advirtió que “No importa cuánta gente esté horrorizada por el comportamiento, las acciones y las decisiones gubernamentales del presidente. Es el Congreso el que tendría que actuar. Sin los votos, a menos que ocurran cambios drásticos en la política o en la salud física del mandatario, él va a ser presidente al menos hasta el 20 de enero de 2021”, declaró a BBC Mundo y escribió un análisis más extenso que fue publicado en la web del Instituto Brookings.
¿Cuánto influirá esta movilización de rumores y “comentarios sobre rumores” en los votantes estadounidenses en el curso de los siguientes días?
Es un juego muy arriesgado el que han hecho The New York Times y otros medios como CNN al sugerir una incapacidad para “desempeñar las funciones y obligaciones del cargo”, acusación que no se evidencia en pruebas, sino en un artículo anónimo que salió publicado como disparador, desencadenante de una serie de comentarios en línea, como si un editorial o un simple artículo en The New York Times fuera la base que siguen una suma de medios alineados para atacar a Trump, marcando una señal de alerta sobre el desempeño no del Presidente, sino de los propios medios de comunicación en USA.
Aclarando: El uso de rumores, la manipulación de una noticia ligándola con una presión de grupos mediáticos para sacar de su cargo a una autoridad o hacerla caer en la intención de voto días antes del día más importante, presentando esas noticias como “anónimos oficiales” en una campaña electoral sobre todo, no es prudente ni necesario, es un arma injustificable, sea hacia Donald Trump en este caso, o sea hacia Joe Biden en algún otro escenario.
Y ese es el final de esta entrega: al margen del proceso electoral y la pasión, vehemencia o la tensión que se agita cada día más en ambos lados de la confrontación política, la institucionalidad de un país no se puede doblegar mediante recursos vedados, porque eso que ha hecho The New York Times es un acelerador del desprestigio en la prensa, algo que contagia y destruye más que el propio coronavirus.