En su mitin político del 27 de octubre en el Madison Square Garde, Donald Trump dijo: “Estamos compitiendo contra algo mucho más grande que Joe [Biden] o Kamala [Harris]: Trump añadió que el enemigo es “una masiva maquinaria de izquierda radical que rige hoy por hoy al Partido Demócrata… Ellos son, de hecho, el enemigo de adentro”
Los demócratas y sus aliados en los medios de comunicación están indignados de que Trump haya descrito a sus oponentes políticos de esta forma. El último libro de James Simpson, Manufactured Crisis: The War to End America, brinda una reseña histórica y una contextualización actual que demuestra que Trump está en lo correcto.
Dos senadores demócratas se negaron a reformar la ley del Senado en 2021. Si no lo hubieran hecho, los demócratas hubiesen pasado un proyecto de ley para perpetuar su poder. Hubiesen aumentado jueces a la Corte Suprema, designando a magistrados políticos como Tanya Chutkan para asegurar que la Corte autorice la inconstitucional ley electoral.
Recientemente, Harris dijo que ella está a favor de reformar la regla del Senado, supuestamente para convertir en ley el caso Roe versus Wade. Esto es falso de muchas formas y una portada para terminar las elecciones libres y ganar el control desde la Presidencia, tanto de la Corte Suprema como del Congreso.
Desde la Guerra Civil, los dos partidos principales han estado generalmente de acuerdo en las reglas, al menos hasta que los marxistas recientemente tomaron el control del Partido Demócrata. Ahora, los demócratas ya no aceptan las reglas y buscan imponer su agenda sobre todos los demás, convirtiéndolos en sus enemigos.
Simpson explica cómo la estrategia comunista ha ido filtrándose en nuestra sociedad por más de un siglo. El describe tres etapas que preceden a la toma totalitaria del poder: (1) desmoralización de la sociedad para convencer a la gente que odie su país, (2) desestabilización mediante el constante abuso de poder, y (3) alcanzar un punto fulminante “aprovechando tanto crisis auténticas como manufacturadas… para lastimar a nuestro país y provocar mayor ansiedad e incertidumbre. La confianza en las instituciones se perderá (al estilo del FBI). Algunas personas perderán la habilidad de razonar cuando las mentiras reemplacen la verdad y la razón propia se transforme en lo contrario”.
Trump ha catalogado a Harris como una marxista y una figura decorativa. En entrevista conmigo para el podcast Impunity Observer, Simpson explicó que “el comunismo es un sistema de estrategias adoptado por gente despiadada que les puede entregar el poder absoluto y la absoluta riqueza que llega con ello… Los llamo parásitos emprendedores”.
Los manipuladores detrás de Harris venden ideas utópicas como una forma de dividirnos y conquistarnos para crear una dictadura. Simpson estuvo de acuerdo conmigo en que Fidel Castro no fue un comunista ideológico; al contrario, fue un oportunista y “uno de los empresarios más exitosos de todos los tiempos. Él era el dueño de toda la economía cubana.”
Saul Alinsky, autor de Tratado para Radicales, escribió: “Todos los problemas deben ser polarizados… Uno sólo actúa de forma decisiva si tiene la convicción de que los ángeles están de su parte y los demonios en su contra.” Simpson menciona las palabras de Vladimir Lenin: “Debemos estar listos para usar artimañas, engaños, romper la ley, ocultar la verdad… Podemos y debemos escribir en un lenguaje que siembre en la gente el odio, la repulsión y el desdén contra aquellos que estén en desacuerdo con nosotros”. Alinsky y Lenin describieron perfectamente al movimiento que Harris hoy personifica.
Simpson considera que el síndrome del trastorno de Trump proviene de la demonización promovida por Alinsky. Algunas personas dicen que Trump es antisemita pese a sus tres nietos judíos. Sus opositores insisten irracionalmente que Trump es racista pese a haber roto paradigmas en Palm Beach al permitir que negros y judíos se unan a su club.
Simpson describe cómo los comunistas han utilizado la migración masiva como una herramienta por más de 100 años. Desde que Biden asumió la Presidencia, al menos diez millones de inmigrantes ilegales han inundado nuestro país, incluyendo terroristas, criminales y miles de hombres en edad militar. El régimen Biden-Harris ha traído a ilegales directamente a nuestro país como parte de su anhelada destrucción.
El régimen trabaja con carteles criminales mexicanos y está envuelto en tráfico de menores. El gobierno ha perdido a 320.000 niños migrantes y podría encontrarlos pero no hace el esfuerzo. Todo esto es parte de crear una serie de crisis antes de la toma completa de poder.
Los demócratas y sus aliados han censurado las noticias, así como con la laptop de Hunter Biden y la verdad acerca de la Covid-19. George Washington dijo: “Si nos quitan la libertad de expresión, nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden llevar como ovejas al matadero”.
El objetivo de la cultura de cancelación es precisamente suprimir la expresión. La gente que muestra su apoyo público a Trump se arriesga a la violencia y pueden perder sus medios de sustento. Los totalitarios atacan a quienes hablan en su contra catalogándolos como conspiradores, fanáticos de derecha, insurreccionistas, racistas, etc. Biden recientemente llamó basura a los simpatizantes de Trump, algo consistente con la estrategia de Alinsky. La aspiración del régimen Biden-Harris es el totalitarismo.
Harris describe a Trump como inestable y obsesionado con la venganza. Trump ha dicho que su venganza es el éxito, lo que los manipuladores de Harris le temen más porque entonces se expondría la verdad y se terminaría con su agenda totalitaria. El país debe vencer al enemigo de adentro.