Hemos informado que, durante las últimas décadas, se incrementó el gasto federal en los Estados Unidos junto con la burocracia que conlleva. Ello incluyó además el surgimiento de nuevas agencias federales. Según cifras del Fondo Monetario Internacional la aceleración del gasto, de los últimos 25 años, ocasionó que la deuda pública más que se duplique, en comparación con el crecimiento del GDP real, cuyo crecimiento solo fue del 50.2%, en el mismo periodo.
El despilfarro federal (gastar más de lo que se gana), ha sido evidente porque no han existido esfuerzos de consolidación. Sobre todo, los de sentido común. Como, por ejemplo, evitar el despilfarro mencionado, o luchar contra la inepcia. Ese feo defecto de las burocracias hacer tercamente aquello que no produce los resultados deseados. Estos temas cobraron gran importancia durante la campaña. Tanto que el presidente Trump incluyo la lucha contra el despilfarro, el fraude y el abuso, junto con la propuesta de creación del DOGE.
Pero indicamos también, que es necesaria una reorganización del ejecutivo, una “Gran Transformación Federal”, de los Estados Unidos como titulamos un reciente artículo[1] al respecto. Pero, debo precisar que, intentos por mejorar la eficiencia han existido. Pero no de propósito general o integrales. Ello, porque no han estado en la agenda del congreso; y porque las iniciativas desde el ejecutivo han sido acotadas desde su inicio y en sus resultados.
Por ejemplo, durante la administración del presidente Bill Clinton con su intento de “reinventar el gobierno” se simplificaron los procesos de subvenciones y la declaración electrónica de impuestos, pero no se redujo el número de agencias federales. En la administración del presidente George W. Bush, después del 11 de septiembre, se transformó el abanico de actividades gubernamentales para proteger a la patria en un solo departamento, pero manteniéndose 17 agencias de inteligencia.
Respecto de intentos que no prosperaron. En la administración del presidente Obama, se propuso consolidar seis agencias, las que se ocupan del comercio, propuesta que se detuvo en el congreso a pesar de la mayoría demócrata. En la primera administración del presidente Trump su enfoque fue reducir gastos (subsidios) mediante derogar el “Obama Care”. Tampoco sin resultados al respecto.
Por ello, después de la luminosidad mediática que alcanzó DOGE, no podemos perder de vista que la situación fiscal y de deuda, demanda logro de objetivos. Sobre todo, los cuantitativos trazados. Por ejemplo, la administración Trump se propuso alcanzar “dos trillones” (2 con doce ceros) en ahorros y reducción del despilfarro, abuso y fraude. Si bien DOGE hoy no existe, el verdadero núcleo para lograr esos resultados está en la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB por sus siglas en inglés), y, por ende, hoy recae en la figura de su director Russell Vought.
Russell Vought, dos veces director de la OMB con el presidente Trump, administrador y abogado, posee perfil de profesional efectivo, discreto y sistemático. Tiene la obligación de realizar el trabajo “sucio” de DOGE, pero desde su puesto de “cuello blanco”. Por ello ha expresado en la prensa que: “tenemos una deuda de 37 trillones de dólares, y de hecho necesitamos, que cada dólar de recorte se destine a reducción del déficit”. Para lo cual obtuvo la aprobación de presupuesto adicional de 100 millones de dólares para concretar el trabajo[2] que exigen los electores.
Con una simple búsqueda en Google podemos ubicar que durante el mes de Julio ha estado ocupado concretando la aprobación de la “Big Beautifull Bill”, como el “rescission package” de 9.4 mil millones de dólares aprobado con los recortes de USAID, la radiodifusión pública (NPR) y otras 6 agencias. Lo cual le ha requerido apariciones frecuentes en programas dominicales de televisión[3], reuniones en la Casa Blanca, reuniones con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson y con todos los miembros del comité de apropiaciones de ambas cámaras.
Ello porque la Oficina de Administración y Presupuesto[4] es la que supervisa la implementación de la agenda presidencial en todas las ramas del ejecutivo. Durante los últimos 25 años, quince han sido los directores, incluyendo al director Vought, con los cuales la OMB y las instituciones que la conforman han emitido numerosos reportes indicando que los pagadores de impuestos se podrían ahorrar decenas de miles de millones de dólares haciendo lo básico. Que es: eliminar la superposición y la duplicación burocrática[5].
Pero además de ello, la OMB está cargando con el peso de las exigencias del presidente Trump desde el primer día. Porque sobre la OMB recae la responsabilidad de la autorización de todas las ordenes ejecutivas presidenciales y memorandos a los jefes de agencias antes de su emisión. Así de las 176 órdenes ejecutivas presidenciales firmadas, si bien varias pudieron tener luchas en tribunales, todas se encuentran con ejecución mandatoria[6].
Demostrando no solo la capacidad que tiene el director Vought de liderar la institución, sino también para hacerlo con alta productividad, o incluso, con focalización política. Como se ha visto en su reciente intervención presionando a la Reserva Federal. Del director Vought y su equipo en la OMB se sabe poco, que comprenden muy bien cómo se “cocinan” los presupuestos en Washington, aunque que mantienen sin información a los ciudadanos porque no está disponible en la red, la base de datos federal que rastrea la asignación de fondos del congreso.
Aparte de los seis cargos que son por designación presidencial dentro de la OMB, dentro del staff se dispone de personal de carrera con habilidades de “políticos experimentados” trabajando en sus áreas temáticas. En lo particular se conoce que él ha desarrollado actividades por más de dos décadas en Washington, obrando como ideólogo conservador y experto en presupuestos.
Porque es necesario dominio y experiencia de gobierno, junto con una gran tenacidad y perseverancia para reducir lo que se considera un presupuesto federal inflado, controlar a una burocracia, siempre engorrosa, para poder transformar los cimientos del gobierno de la primera economía del mundo. La OMB, como heredera de la información de DOGE tiene por tanto la posibilidad de concretar aquello que Elon Musk muy probablemente no iba a poder. No solo porque su cargo sería temporal, sino porque desde fuera de la burocracia se piensa que “se puede venir y arreglar el pantano” sin gran esfuerzo.
Por ello, mientras que el DOGE de Elon Musk golpeo a la burocracia desde la opinión pública, el director Vought busca hacerlo desde el proceso presupuestario. Sabiendo, además, que el proceso presupuestario bipartidista americano está quebrado en su credibilidad. Porque ha sido incapaz de lograr objetivos de gestión por sí mismo. Ello porque para los republicanos, si bien gustan de reducir el tamaño del gobierno y el gasto, muchos se resisten a los cambios. Mientras que los demócratas, requieren de mayor pragmatismo, porque aún no pueden alcanzar un punto de partida, dado que para ellos los ahorros deben lograrse sin afectar los programas de bienestar.
Por lo tanto, puedo entender las palabras del director Vought en cuanto a que la reforma debe ser menos bipartidista[7], como el hecho de evitar caer en grandes debates logrando avances concretos. Pero este propósito, considera necesario concretar el cambio mediante el uso de los canales institucionales con coordinaciones internas acelerando la acción con la aplicación de planes de contingencia. Proceso que no les gusta a los políticos porque no obtienen redito.
Como dificultad se le achaca, ser el ideólogo del proyecto 2025, y que tendría como objetivo: “doblegar la “burocracia”, a la voluntad del presidente Trump”. Así como que, mediante su puesto, va a transferir “poder” desde Washington a los gobiernos locales y estados de Estados Unidos, incluyendo a las familias e iglesias.
Sin embargo, el equipo en la OMB está compuesto principalmente por personal de carrera con profundas raíces en la gestión de gobierno conociendo lo que durante años ha ejecutado presupuestalmente las diferentes administraciones. Por ejemplo, en cuanto a fondos retenidos al Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en ingles) y al Departamento de Educación, el director Vought mostro que no solo es heredero de la data de DOGE, sino que indicó que sus presupuestos están en revisión.
Porque la NIH ha pagado investigación con dinero público relacionada a “inyectar perros con cocaína y pagar 75 mil dólares para Harvard por un estudio que saque lagartijas de un árbol usando sopladores de hojas”. “Es la clase de despilfarro y desperdicio que no está en la agenda del presidente”. En cuanto al Departamento de Educación, por ejemplo, indicó que: “fondos para adquirir habilidades en inglés en Nueva York fueron destinadas a organizaciones que apoyan la inmigración ilegal”. Lo mismo que: “subvenciones en la educación preescolar, que no fueron destinadas a los alumnos, sino a poner la Teórica Critica de las Razas en el currículo de esos niños”.
Pero junto a este cuidado, la Oficina de Administración y Presupuesto presentó un plan 32 recomendaciones específicas, que abarcaron desde la fusión de departamentos (como Trabajo y Educación) hasta una detalla consolidación de programas de educación financiera en diversos departamentos. Esta dependencia establecía propuesta de transformación del gobierno federal, que no fue acogida como acción en el Congreso.
Pero considero que los planes de la OMB no están condenados a la coacción para tener su ejecución. Al igual que otras reformas, se encontrarán detractores serios y poderosos. Tanto dentro como fuera del gobierno. Obviamente los primeros que se resistirán son los burócratas, porque su sustento está en juego. Incluso si la transformación o reorganización significara trasladar puestos, en lugar de eliminarlos. Ello porque adaptarse a una nueva cultura organizacional siempre es complejo y difícil.
De los planes para eliminar o trasladar alguna agencia también siempre se encuentren serios detractores en ambos partidos. Porque los políticos se resisten a ver cómo su comité de supervisión pierde jurisdicción, su distrito pierde una instalación federal; o porque se reducen subvenciones federales en su estado.
Por ello, para superar resistencias, la administración del presidente Trump junto con los congresistas que le apoyen, deben seguir apostando por lo grande. En lugar de adoptar un enfoque fragmentado, intentar aprobar una reforma integral de una sola vez. Esto puede parecer contradictorio. A pesar de que dividir una tarea aparentemente tan compleja, en partes más pequeñas puede ser útil.
El éxito logrado en la aprobación de la “Big Beautiful Bill” muestra que utilizar una ley ómnibus es la forma más segura para superar una oposición organizada. Sobre todo, apoyados en la mayoría que disponen en ambas cámaras. Sin embargo, utilizarla por segunda vez requiere ajuste. No solo para “ampliar el alcance”, haciendo notar los beneficios a un público más amplio. Porque todos los que interactúen con esa ley, se ven afectados por pagar impuestos para financiar una burocracia federal, que se considera privilegiada pero que siempre está mal estructurada y administrada.
Por el contrario, si mantienen la lucha puertas adentro y en el área de Washington. Le van a hacer el favor a grupos de interés, burócratas o políticos que tengan resistencia al cambio. Por ejemplo, si bien es poco probable que afecte una propuesta aislada como combinar dos agencias desconocidas o cambiar la gestión de un puñado de programas. Si lo hará a la sumatoria de modificaciones en un proyecto de ley ómnibus a pesar que ofrece el mismo esfuerzo para iniciativas que signifiquen miles de millones de dólares de ahorro, como aquellas que escaso valor en lo económico, pero si en lo organizativo.
Un aspecto que me llamo mucho la atención fueron las expresiones del director Vought cuando preciso que: “El ejecutivo, a través de la capacidad presidencial que le otorga la ley, tiene la habilidad y capacidad de financiar menos que lo que el congreso tiene asignado. Así ha venido ocurriendo desde hace 200 años, aun cuando se dejó de practicar en los años 70. Sin embargo, la administración del presidente Trump está retomando esa autoridad que tiene por la ley. Por ello ha logrado el mayor ajuste en la historia, totalizando 400 mil millones de reducción de déficit y 1.5 trillones de ahorros obligatorios”.
Finalizo con dos precisiones adicionales. La primera, que el director Vought tendrá mucho trabajo para evitar el cierre presupuestal del gobierno e implementar ajustes. Ello porque se requiere más que conocimiento del gobierno y meticulosidad, sobre todo, obrar con cuidado cuando se corta. La segunda, hacer grande a cualquier país, no es porque solo sus gobiernos lo hacen. En realidad, todos se involucran. Las familias, en este caso la americana, poniendo lo más importante primero que todo. Además de estar involucradas, en el logro de objetivos en sus gobiernos, sean estos federales, estatales o locales.
#RussellVought #OMB #LegitimidadFiscal #USA #LuisZolla
[1] https://minutodigital.news/usa-necesidad-de-una-gran-transformacion-del-sistema-federal-americano/
[2] https://www.opm.gov/policy-data-oversight/latest-memos/guidance-on-agency-rif-and-reorganization-plans-requested-by-implementing-the-president-s-department-of-government-efficiency-workforce-optimization-initiative.pdf
[3] https://youtu.be/MlfHOjNCahQ?si=8UfqJ48HzTbYLBwT https://youtu.be/0I1mu0hWvVo?si=kJYcmTVHgDYD2q4Q
[4] https://www.whitehouse.gov/omb/
La OMB es el núcleo operativo que la actual gestión presidencial ha decidido utilizar. Ello en vista que desarrolla cuatro funciones esenciales, a través de agencias y departamentos ejecutivos, como son: a) el desarrollo y cumplimiento del presupuesto, b) la gestión, incluida la supervisión del rendimiento de agencias, adquisiciones, administración financiera y de tecnología informática; c) la coordinación y revisión de todas las regulaciones federales significativas por medio de agencias ejecutivas, políticas de privacidad, políticas de información y revisión y evaluación de solicitudes de recolección de información; y finalmente, d) la autorización y coordinación en materia legislativa y de comunicaciones con el congreso.
[5] https://www.gao.gov/duplication-cost-savings
[6] https://www.hklaw.com/en/general-pages/trumps-2025-executive-orders-chartr