Mi opinión sobre la “ley” de reforma (modernización) de los sistemas de pensiones ONP, AFP y Pensión 65 (que no es un sistema previsional, por si acaso).
- El punto de partida es conocer el mercado al cual deseas servir (y no servirte) y para eso, se requiere un Estudio Actuarial (que no se ha hecho). “Un estudio actuarial de pensiones es fundamental para evaluar la viabilidad y sostenibilidad de los planes de pensiones, asegurando que se cumplan las obligaciones hacia los beneficiarios”.
- No se hizo un estudio de población, grupos etáreos, proyección del mercado laboral, legislación que se dejaba de lado, remuneraciones, informalidad en aumento, condiciones salariales…nada. Esto es condicionante para saber dónde estamos y desde aquí, ver hacia dónde vamos y podríamos ir (con leyes bien elaboradas, con sustento técnico, sin veneno político, sin demagogia, sin populismo).
- No se estimó si el Estado tenía capacidad para atender un mercado previsional y, si lo tenía, en qué amplitud y sostenibilidad, bajo qué sistema de captación, administración, gestión y entrega de pensiones sostenibles (esa es la palabra clave, sostenibilidad en el tiempo).
- Conociendo el mercado de pésimos servicios previsionales del Estado y el de las empresas privadas de administración de fondos AFP hacia los ciudadanos trabajadores (en planilla, informales, bajo diversos regímenes laborales) no se calculó el mercado previsional privado, sino que “se abre la oferta” a bancos y otras entidades que no van a crear competencia, sino mayor incompetencia en los resultados (menores pensiones de invalidez, baja cobertura de sobrevivencia, menores pensiones de jubilación).
- No se ataca otro punto clave: la información permanente, la educación y alfabetización previsional previas a una afiliación en la ONP y AFP y permanente en la vida laboral (al trabajador y su familia como beneficiarios). La crisis-repito- permanente de desinformación y carencia de canales educativos no se resuelven por Ley, sino por servicios y exigencias propia de las empresas y supervisión efectiva y constante del conjunto de entidades comprometidas en la obligación de proteger al trabajador peruano. ¿Lo hacen? No. ¿La ley lo estimula? No. (eso del fondo de educación previsional es un intento de repetir el fracaso; se puso en todas las leyes anteriores y se descubrió que es una “ayuda a terceros” con conflictos de interés).
Hasta aquí no hablamos aún de afiliaciones compulsivas (si no eliges la AFP obligatoria -antes de un año, al cumplir 18 años de edad- vas obligado a la ONP), tampoco hablamos aún de comisiones, rentabilidad, inversiones, tipos de fondos, fondos intergeneracionales y decenas, decenas de aspectos más).
Por ahora:
(1) los congresistas pretenden que “su ley” se imponga políticamente con sustentos populistas (el populismo y la demagogia no son argumentos).
(2) el gremio de las AFP no asume el liderazgo que debería tener, increíblemente se esconde y calla (y eso, se interpreta como complicidad con el mercado político.
(3) los extremistas de izquierda tratan de usar con mentiras, más las graves fallas de esa ley, una revuelta violenta en contra del Estado de Derecho, más que en contra del gobierno.
¿Se dan cuenta? ¿Ven cómo estamos y qué puede suceder porque ni el Congreso, ni el gobierno, ni el gremio de las AFP han hecho un trabajo mínimamente correcto?