La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES es una de las investigaciones estadísticas más importantes que ejecuta de manera continua el Instituto Nacional de Estadística e Informática. Sus principales resultados se presentan en el Documento “Perú: Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2022 – Nacional y Departamental”, que se pone a disposición de autoridades del gobierno, entidades públicas, centros de investigación, universidades y público en general.
Vamos a presentar algunos datos referidos a la violencia en el hogar de los peruanos, comenzando con el impacto sobre los niños de 1 a 5 años en las acciones o formas de corrección a la malcriadez, mal comportamiento, rebeldía, engreimiento o algo que les ha molestado a los padres y requiere control, llamada de atención, o se traslada al castigo o violencia física.
Entre las formas para corregir a sus hijas e hijos, tanto el padre como la madre, según la respuesta de las entrevistadas, tienen mayor propensión a usar la reprimenda verbal (60,5% y 60,7%, respectivamente); le sigue, hablar con él o ella y explicar su conducta; 50,1% en el padre y 48,6% en la madre.
Los resultados también muestran que, la madre es principalmente, la mayor ejecutora de otras formas de castigo, como prohibirles algo que les gusta (37,9%), palmadas (21,0%) y golpes o castigos físicos (8,9%) frente a los porcentajes observados en el padre (33,4%, 11,4% y 8,1%, respectivamente).
Personas que corrigen en el hogar
Entre las personas que corrigen a las niñas y niños de 1 a 5 años de edad en el hogar, cuando se portan
mal, no hacen caso o muestran falta de respeto, se aprecia que es la madre quien corrige con mayor frecuencia (93,8%); le sigue el padre con 61,7%. En comparación con el año anterior, no se aprecia diferencias significativas para cada uno de los padres.
Es preciso mencionar que, el 4,3% de mujeres entrevistadas manifestaron que nadie corrige en el hogar
cuando las niñas y/o niños de 1 a 5 años de edad se portan mal, no hacen caso o muestran falta de respeto.
Como vemos, los datos de la ENDES son preocupantes porque no existe el diálogo, no existe una cultura de paz en la familia, sino una reacción violenta de los padres y en mayor escala de las madres hacia sus hijos más pequeños y esto nos da varias imágenes: (1) Es inquietante que la violencia entre los padres sea tan frecuente y los niños muchas veces sean testigos visuales o escuchas de los gritos y sufrimientos que en mayor escala van sobre las mujeres mamás. (2) Estamos viendo la edad de 1 a 5 años, imaginemos entre 5 y 10 años, entre 10 y 15 y en los adolescentes hasta los 18 años. El mapa de la violencia crece más y se está sembrando odio a futuro, resentimiento y más violencia y mientras tanto NO existen políticas públicas para enfrentar este peligro y conducir a las familias hacia una conducción de entendimiento, paz y conciliación mediante el diálogo.
El presente está violento, el futuro inmediato es un riesgo enorme, estamos matando el alma de los niños.