“Los que ya decidieron su voto, a recibir torturas y disparos. Los que dicen su voto y lo defienden, son ahorcados y acuchillados. Pero los que exigen que uno diga su voto, y ellos no dicen el suyo, de inmediato obtienen contrato con el gobierno, asesoría estatal y activismo remunerado contra la democracia”. Algo así era el constante día a día, en el cual los analistas, periodistas y comunicadores comprometidos con lo que sea -con tal de evitar lo predecible, la voluntad popular- se las jugaron hasta el final y aun ahora.
Es extraño, aunque ocurre en el Perú con mayor frecuencia: se llama el teatro del absurdo, una escena donde lo inimaginable sucede como por arte de magia, siendo que en verdad estaba todo planificado para producirse, aunque usted, no lo crea.
Está de moda –en lo político y en las discusiones de amigos- hablar de un invento llamado “voto crítico” para justificar el voto cínico hacia un candidato, pero lavándose las manos al definirlo como “voto por él, pero no lo respaldo”.
La democracia ha entrado así en otra cueva oscura donde los piratas guardan sus armas a cambio de imponer condiciones, nuevos lenguajes y viejas costumbres con cartas bajo la mesa.
Uno elige y en ese acto electoral, tiene varias opciones si desea escoger o no en lo que cree, piensa, o le da la gana. Y además tiene la alternativa de no ir a la votación y pagar o no pagar su multa. Es una ganga, un día de burlas si deseas burlarte, o un día de responsabilidades con el país, si eres un ciudadano y no un imbécil.
No escoge quien vota blanco. No elige quien vota nulo o no va ese día a cumplir con su deber ciudadano, siendo su derecho el no ir, lo repito. Así es la democracia, contradictoria, pero muy abierta hasta para no participar.
En consecuencia, el invento del “voto crítico” –hasta le han puesto de sobrenombre “voto vigilante”- es en verdad la excusa perfecta para decir “me lavo las manos anticipadamente si algo malo pasa, pero por ahora acepto complacidamente ese contrato con el gobierno”
Y en todo caso: Si fuiste a votar, si tu opción era A o B, si no querías a ninguno porque simplemente no te convencían, si votaste en blanco, si te asqueaban y rechazabas a todos, si votaste nulo, si crees que ir a votar no vale la pena… ya sabes dónde te ubicas y adonde llevaste al país.
No es solo el acto de votar, esa es una mínima parte de tus responsabilidades y no lo entiendes.