Ningún contribuyente recibe nada desde el Estado que compense el gigantesco pago de impuestos, ya que la delincuencia, corrupción, burocracia, gastos innecesarios y superfluos, entre otras pérdidas de inversión aumentan y los impuestos también, en su número y montos, incluyendo el costo del procesamiento del pago de cada uno de ellos y su mala administración y destino final.
Los pagos de los trabajadores para este inmenso y excesivo aparato estatal no se detienen y contradictoriamente, el crecimiento de ese Estado sobredimensionado y violento tampoco.
Esto quiere decir que mientras más se trabaja para llevar más tranquilidad al hogar, convertida en mejor educación y acceso a buenas escuelas, mejores clínicas y médicos especializados, infraestructura y servicios básicos de calidad, seguridad integral y libertad para invertir y crear algún negocio o empresa, todo esto además con una proyección social en beneficio de los sectores menos promovidos y exigidos a crecer, el Estado nos obliga a perder cada día nuestros derechos y posibilidades de hacer con nuestro dinero, un mejor medio para vivir con mayor tranquilidad y sobretodo Libertad.
Dicho en palabras más sencillas: pagamos a cambio de nada y siendo ese pago también un medio de apoyo integral (educación, salud, seguridad, pensiones, infraestructura) a niveles socio económico que necesitan ayuda, esa solidaridad no se evidencia.
Si el Estado nos cuesta tanto dinero y nada recibimos a cambio ¿No sería mejor evaluar en qué se está fallando, cómo redefinimos su rol y responsabilidades? Pero esa tarea no la pueden hacer los burócratas, evidentemente.
¿No sería prudente analizar cómo aseguramos la rentabilidad de los impuestos y sobretodo, cómo supervisamos mejor a un Estado que se desborda sobre nuestras vidas? ¿Cuál es la opción que manejamos para hacernos respetar y escuchar en una sociedad que detiene su progreso, destruyendo la paridad democrática de los derechos humanos?
¿Qué necesitamos para cambiar la terrible situación de la Clase Media peruana que sigue siendo el blanco preferido de todos los gobiernos, con la finalidad de seguir quitándole más dinero, hasta condenarlos a vivir en condición de nuevos pobres o de ex compatriotas, porque tienen que huir de su nación para sobrevivir?
Muchas personas ven destruirse sus hogares porque el dinero se convierte en el centro de supervivencia, esa es una penosa evidencia que crece.
Decidir sacar a los hijos de un colegio que nos enorgullecía y pasarlos a otro más pequeño y de menor referencia, o uno del Estado, perder el automóvil porque no alcanza para el combustible diario o el mantenimiento y arreglos por los años que sigue andando, dejar la propiedad que se venía pagando puntualmente al banco, cancelar las tarjetas de crédito desesperadamente porque ya no es posible “darle más vueltas” para seguir subsistiendo… Estos hechos reales son parte de la vida actual en la golpeada y silenciosa, aceptante y orgullosa Clase Media que se atomiza en muchas clases medias emergentes, bajas, altas, sobrevivientes, naturales, tradicionales, olvidadas o como se les pueda llamar cada cierto tiempo.
¿Porque pagar tantos impuestos si con ese dinero podrían equilibrar sus finanzas cientos de miles de familias de las Clases Medias?
Fotografía referencial de sistematización y ahorro de trámites JNE