Los que pagan impuestos en el Perú, son 3 de cada 10 ciudadanos. Me refiero principalmente al impuesto a la renta por 4ta y 5ta categoría, ya que los demás, como el IGV, se encuentran comprendidos en los precios finales de productos o servicios, por lo que en mi concepto debería llamarse impuesto general a las compras y no a las ventas, ya que quien lo paga es el comprador.
La autoridad tributaria puede darle un nuevo rostro a su administración y perfil de eficiencia, en vez de temor por su sentido de persecución, lo que no significa que tenga la razón. Por ejemplo, sería de utilidad que nos entreguen cada año por lo menos, un resumen en estado de cuenta de nuestros impuestos y el destino de los mismos.
Si pago –por decir- tres mil soles al año, podría desglosarse en porcentajes lo que se va para educación, salud, fuerzas armadas, seguridad interior, vivienda y cada rubro que los percibe. Y de la mano con ello, el ciudadano que paga por servicios privados en ese mismo periodo anual, tendría derecho a pedir la devolución de la parte de sus impuestos que significan un doble pago por un servicio privado, en reemplazo de uno público que no se ha tomado.
Por ejemplo, si invierto cada mes en educación privada –escolar, técnica o universitaria- de mis hijos mil soles por los dos, significa que no estoy usando educación pública aunque sí supervisión del Estado para la calidad del servicio educativo que compro. Entonces, deberían devolverme una parte proporcional, de la parte pagada correspondiente a educación, quedando lo restante como soporte para la administración e inversión en infraestructura y servicios educativos públicos, es decir, solidaridad ciudadana efectiva.
El Estado tiene que construir el piso referente para que lo público sea el estándar mínimo sobre el cual, lo privado no puede ser menos. Y si lo privado es más y mejor, los que pagan impuesto a la renta tienen derecho a que se les devuelva proporcionalmente lo que no usan del Estado, teniendo a su vez todo el derecho de hacerlo, sea en educación o salud por dar nuevamente, más ejemplos.
Eso, se llama justicia fiscal, frente al abuso tributario.