Brasil es un país pujante, en gran medida, gracias a la mezcla de cultura europea con aborigen. Lo mismo se puede decir de México, de Colombia, de Chile, y Guatemala no es la excepción.
Toda esta cantaleta de indigenismo, y que “si es blanco es invasor” o si es cualquier cosa menos maya puro es extranjero es la estupidez más grande que ha salido de los cerebros retorcidos y acomplejados de la ONU, adoptada por los DemócRATS y la Internacional Socialista con su maldito Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla. Son todos la misma ralea de psicópatas y master manipuladores de masas que saben que apelando a los complejos y problemas personales del individuo manipulan sus sentimientos para ganar adeptos.
Es por ello que manipulan a todas las minorías: mujeres, aborígenes, LGBTQI+ y cualquier otro sector que “se sienta marginado” o discriminado. Es muy fácil apelar al sentimiento porque a muchos pareciera que no les gusta pensar, y menos leer e informarse.
Guatemala es pues un país con inmensos retos para erradicar la pobreza, aunque el mismo USA con gente defecando en las calles nos demuestra que es imposible erradicarla. El que lo diga, miente o es un iluso. Pero sí se puede disminuir significativamente. La Historia de la humanidad demuestra que en todos los ejemplos, la gente ha prosperado por sí misma en sistemas que les dan mayor libertad y bajo gobiernos menos invasivos (vean Singapur, único país capitalista del planeta… los demás son mercantilistas incluyendo Guatemala).
Es en libertad que el individuo realmente “florece” como dicen los socialconfusos Gucci de Semilla. Pero esa libertad individual es un problema para mercantilistas y burócratas, y por eso la limitan, tratan de controla y manipular.
Para el empresariado mercantilista es un problema porque implica libre albedrío para producir y crear y por ende forzarlos a competir. Implica que no hayan subsidios, ni ayuda estatal, hace más difícil los monopolios por la competencia misma. Ser siempre el mejor en proveer un servicio o un producir algo, no es fácil. Mantener la calidad es un reto que no todos quieren afrontar. Sin competencia, fuerzan al consumidor a adquirir lo que venden por falta de opciones.
Y los burócratas, sencillamente quieren un gobierno grande, con un presupuesto obsceno, que les permita servirse del pueblo al que debieran servir. Con contadas excepciones, en Guatemala la mayoría de burócratas ve en el carta público un medio para enriquecerse. Para rematarla, con una Ley de Extinción de Dominio (LED) y la demonización de la persona pública, poca gente decente se arriesga. Yo lo hice, pero ni pagada me vuelvo a exponer para caer en eso. Sin siquiera manejar fondos del Estado la persona pública (PEP) es vista como un criminal delincuente. Es ridículo. Y la LED, llega al colmo del abuso que le despoja hasta de lo que haya heredado de su familia, adquirido por medios privados, aunque no tenga nada que ver con el cargo público que haya tenido el imputado. Ridículo. Ambas idioteces castigan financieramente a toda la familia, incluyendo hasta a los hijos menores del PEP.
Así, poca gente que realmente tiene algo que ofrecer al país se animará a entrar en política y seguiremos estancados con lo mismo de siempre, con muy contadas excepciones de valientes que se atrevieron y se atreven.
Me pregunto si esto aplica al indígena que entre en política. Por sólo ser indígena quizás no es discriminado por los bancos porque los puede acusar de racistas. Una de las “istas” de moda.
Lo triste del caso, es que todo esto es de la era moderna, de este siglo. Antes, cuando no importaba el color de la piel para ser político, gente de mejor valía entró a batear. Mucho de lo que hace la Guatemala moderna emana de esos ladinos o blancos que se tiraron al agua y se expusieron. Ahí están los puentes que los malditos terroristas no pudieron volar en pedazos, construidos por los Generales Laugerud, Arana y Lucas. Siguen en pie, porque fueron bien construidos. Miren el anillo periférico. La gente que lo utiliza seguramente se alegra que existe porque sin eso el tráfico sería aún peor de lo que ya es. Obvio, a todo hay que darle mantenimiento.
Y no digamos guatemaltecos que han puesto el nombre del país en algo, en medicina, ciencia y tecnología. Sí, por si no lo sabía. Julio Alemán, científico que creo un invento diminutas estructuras artificiales que reproducen el funcionamiento de los órganos humanos para probar efectos secundarios de los fármacos y podría ayudar a encontrar cura a muchos males. Julio Fajardo desarrolló un sistema para producir prótesis a muy bajo costo y más rápido que los métodos tradicionales. Federico Lehnhoff que descubrió el café soluble y el antibiótico Sulfarsenol que por mucho tiempo fue la única cura contra la Sífilis.
La cornea artificial inventada por el Dr Carlos René León que ayuda a muchos a recuperar la vista. Ricardo Bressani que creó la Incaparina que hoy se usa a nivel mundial para combatir la desnutrición. El Ecofiltro creado por Fernando Mazariegos y desarrollado por la empresa Ecofiltro. La cajita feliz de Mac creada por la Señora Yolanda de Cofiño, qepd, se usa a nivel mundial. Roberto Méndez Ruiz creó el vaso de azufre con grandes beneficios médicos incluyendo para el hígado.
Esos chapines y muchos otros, son ejemplo de empeño, trabajo, esfuerzo, y de usar su materia gris en forma positiva. Si sus ancestros no hubieran vivido y venido a Guatemala, ellos no existirían, y todos los que se benefician de sus inventos no tendrían ese beneficio. El mundo sin duda, está mejor gracias a todos ellos y tantos otros que han producido servicios y productos de beneficio a la humanidad. Y son orgullo chapín.
Así que a todos los acomplejados que apoyan la división del país, la exterminación del no maya, etc, ya cambien la cantaleta y pongan sus neuronas a trabajar. Quién quita y se les ocurre algo maravilloso que sea útil a la humanidad y los haga millonarios.