El Partido Aprista Peruano, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), el llamado por un siglo “el partido del pueblo”, inspiración y obra de Víctor Raúl Haya de la Torre, parece haber despertado llevando en sus militantes al viejo león que descansa observando desde las estrellas, pero con mirada exigente que dice que los mensajes, doctrina y ejemplo, que siguen en una brasa que ansía arder en el panorama político peruano, tienen que ser antorcha y flama permanente en esta hora crucial. ¿Será esto posible?
Rehacer el camino es la consigna, reconstruir la Fraternidad es una obligación, conducir a las masas de trabajadores manuales y trabajadores intelectuales con planes de acción es un deber moral, pero faltan conductores políticos, se requieren líderes sindicales y universitarios, caudillos regionales y en cada provincia, bases con profesionales sirviendo a sus comunidades. Estas ausencias de cuadros no se reemplazan con los mismos de siempre, con los que llevaron al fracaso una historia y una producción en beneficio del país. Esos, los acomodados luego de la partida del Jefe, creyeron que inventaban sus espacios sobre los del partido, grave error.
No hay herederos de los cargos, sino del pensamiento y la acción.
Sin embargo, se adueñan del escenario algunos expertos en gritar o en salpicar de mal acompañamiento sus opiniones ante los medios, como sintiéndose “los elegidos”, los dueños del APRA, sin ser nada, sin ser nadie, simples escopetas de dos cañones, cuya expulsión de la representación debería ser automática.
La idea de hacer una conmemoracion en Acho, es de buenas intenciones y un diseño correcto para volver en humildad hacia la grandeza.
“Alcémonos sobre nuestro dolor, marchemos juntos hacia el porvenir, pongamos fe y alegre convicción, en que algo superior, ya debe de llegar” ¿Recuerdan ese mensaje con Armando Villanueva? Recuéndelo, porque Víctor Raúl no queda en el corazón, sino en la mente que enciende la pasión de un mejor destino para todos los peruanos, si es que de verdad quieren revitalizar al APRA como el partido del Pueblo.
Es el partido de Haya de la Torre, el de una inmensa figura, ese es el núcleo de la vigencia cuando uno nunca muere, como el APRA de Haya de la Torre, lo repito.
Por eso da temor ese retorno entre los infraternos y los que se fueron luego de usar dos gobiernos en su provecho y sus bolsillos. Por eso, la temida vuelta del partido Aprista, el de Haya de la Torre es un símbolo de las ideas y una inspiración hacia el futuro inmediato, del que nadie debe escapar.
¿Quiénes son los que temen más? Las izquierdas del odio, los ejes de todo mal desde los medios de comunicación (que seguramente quieren poner la agenda al APRA).
Veamos con paciencia, quiénes serán los que hablen usando las palabras de Víctor Raúl y no de otros que no son nada a su lado:
“..Este es para mi el verdadero día de la libertad. Porque vuelvo hacia ustedes, porque estoy con ustedes, porque me siento digno de ustedes… estamos de nuevo juntos y estamos de nuevo fuertes, porque hemos estado siempre limpios ..”
Víctor Raúl