Los peruanos votamos-los mayores de edad aclaro-, dos domingos de 2021 para elegir Presidente y también, un solo día domingo para elegir Congresistas, eso es lo que ocurrió y se contó intensamente en la televisión, radios, periódicos y medios virtuales, además de las historias de cada persona y sus anécdotas en esas fechas de días oscuros, de ausentismos, de empujones y algunos gritos a favor o en contra de los personajes del momento. Y por esos resultados días después, meses después, se pelea todo el mundo -un tiempo ha pasado- discutiendo si uno es o era mejor que el otro, lo equivocados que estuvieron o están, y cosas peores que yo no las voy a repetir.
¿Se fijan en temas que a nadie le hacen bien? o están observando asuntos que a todos nos pueden dañar y es necesario tener alertas por la Libertad y la Democracia. Parece una competencia por descubrir lo peor de los demás. Por eso no me gusta cómo se pelean en público, delante de todos. No me gusta porque si es tan complicada la situación de los peruanos en el marco de sus libertades, quisiera escuchar argumentos, ideas, propuestas y mensajes coherentes con el discurso, con las marchas, con los anuncios y las expresiones que cada quien hace de público conocimiento.
Escuchen lo que ocurre: Hace poco me contaron lo que respondieron unos niños cuando les preguntaban qué es lo que harían si fueran el Presidente Castillo o algún Congresista. Lean e interpreten con cuidado.
Primera respuesta, “no me desees eso, no sería una persona como ellos, yo no miento”.
Segunda respuesta “que haya paz, que los padres tengan trabajo, que no haya pobres, que todos tengan buenos colegios, que las mamás estén felices”
Tercera respuesta “que no usemos estas mascarillas, que no nos mientan con el coronavirus si todos vamos a morir, que nos dejen respirar, abrazarnos, jugar, reir, correr en parques que tengan jardines; queremos a nuestros amigos”
Cuarta respuesta “no soy malo ¿Porqué me preguntas si deseo ser malo?”
Dicen en la tele que los peruanos votaremos otro domingo el 2022. Se equivocan, sólo algunos peruanos lo harán, porque nosotros recibiremos el resultado de esos votos durante varios años sin haber decidido nada; nadie nos permitió hacerlo porque somos menores de edad y sin embargo, nos presionan e invaden todos los días con publicidad, manifestaciones, programas donde se pelean dos y hasta diez señores. Entonces pregunto: ¿De varias peleas, salen varias soluciones? ¿Así funciona la democracia? ¿No tenemos derecho a no soportar que esto siempre sea lo mismo? ¿La Libertad es sólo para el que tiene DNI y carnet de vacunación?
No entiendo muy bien por ahora y tal vez nunca lo quiera entender de esta forma, pero un país de verdad tiene que ser un lugar donde todos podamos tener diferencias pero sin llegar al odio o a la violencia. Yo creo que los que gobiernan no deben usar discursos de odio y envidia para hacer su trabajo. Yo creo que el presidente está equivocado en sus silencios y aturdido en sus palabras.
Un país de verdad tiene que ser un sentimiento muy grande, más grande que todos los anhelos que tengamos para que podamos vivir en paz, saludándonos todos los días, ayudando uno a otro en una gran cadena, como las olas en el estadio donde nadie deja de estar alegre por gritar Perú con entusiasmo.
Un país de verdad, eso es lo que necesitamos cada domingo de elecciones para que luego cada día sea una completa jornada de construcción del progreso y el desarrollo. Estoy seguro que así, podré decir que mi país no es un sueño irrealizable, que mi país es de verdad y defiende su Libertad.