“El mercurio es una sustancia química tóxica que puede causar daños cerebrales irreversibles y contaminar los ecosistemas. No se conoce ningún nivel seguro de exposición al mercurio en los seres humanos, y pueden producirse efectos incluso a niveles muy bajos”.
“El mercurio se usa para separar y extraer el oro de las rocas o piedras en las que se encuentra. El mercurio se adhiere al oro formando una amalgama que facilita su separación de la roca, arena u otro material. Luego se calienta la amalgama para que se evapore el mercurio y quede el oro”.
Madre de Dios, Ica, Puno, Arequipa y Piura son las zonas donde se concentra la mayor cantidad de redes de extracción ilegal de oro (mal llamada minería informal), una industria que cuenta con ingentes recursos y alianzas políticas para seguir operando por más de treinta años, sin que ningún gobierno les haya puesto en manos de la justicia y -cuando excepcionalmente eso ha ocurrido- sin que la justicia haya sancionado a los responsables. El poder del dinero y la organización desarrollada a lo largo del tiempo, es de tal fortaleza que siempre existe “una salida, una puerta de escape” para seguir operando, previo pago a autoridades policiales, militares, aduaneras, sanitarias, fiscalizadoras, judiciales, municipales, regionales, congresales y gubernamentales, siempre con un respaldo de oenegés y medios de comunicación que evaden todas las denuncias, minimizan el impacto del daño ambiental o justifican con historias de “incorporación progresiva de los informales/ilegales” a la legalidad, cada acontecimiento revelado.
El poder de la extracción ilegal de oro es inmenso y los partícipes se encuentran diseminados en cuanto nivel de control, auditoría y verificación pueda existir, a nivel nacional e internacional. El poder de esas organizaciones va más allá del concepto de bandas o grupos relacionados para extraer oro, ya que se inicia en la ubicación de las zonas extractivas, una logística libre de interrupciones, mano de obra que es sobre explotada y abastecida de niveles de “esparcimiento” gracias a la trata de seres humanos, comercio en lugares implementados para recircular el dinero sucio con prostíbulos, grupos de resguardo armado, infraestructura del vicio, amedrentamiento y asesinato. No es tan simple como decir “son mineros”.
Uno de los temas más preocupantes es el abastecimiento de mercurio, el insumo tóxico que se importa para abastecer a los extractores ilegales de oro, porque si se llega a cerrar este canal de contrabando y crimen organizado contra el medio ambiente y la humanidad, se podría detener la cadena irregular de funcionamiento de la mal llamada minería informal.
“Si el mercurio inorgánico ingresa al torrente sanguíneo, puede atacar los riñones y el cerebro. Se puede presentar insuficiencia y daño renal permanente. Una cantidad grande en el torrente sanguíneo puede ocasionar sangrado profuso y pérdida de líquidos por la diarrea e insuficiencia renal, lo cual provoca la muerte”
“La intoxicación por mercurio en la región de Madre de Dios constituye un problema de salud pública, ya que no solo compromete a la población que se dedica a esta actividad extractiva sino a otras personas a distancia -a través de la contaminación de las aguas de sus ríos, alimentos (peces) y tierras de cultivo…”
“La minería informal e ilegal en Madre de Dios no sólo contamina con mercurio, sino que destruye bosques y suelos que constituyen ecosistemas sumamente frágiles, la destrucción irracional de los suelos además libera otros metales pesados almacenados en ellos por millones de años y que van a parar a las fuentes de agua…”
Hoy en día, calculamos que el 30% de la población aledaña a las zonas de extracción ilegal de oro en Madre de Dios se encuentran con grados de contaminación por mercurio, aunque las manifestaciones en sus vidas no se hayan hecho notorias por el momento. Es una condición de daño permanente a la salud que sigue avanzando en silencio, mientras nadie hace nada -autoridades- por detener este flujo delcitivo que se ha apoderado de varias regiones del país, haciendo imponer un nuevo “estado de criminalidad” sobre el Estado de Derecho.
Romper el abastecimiento de mercurio es sencillo y solo con esa acción inicial se debilitaría la cadena de la industria del daño ambiental.